Los pasillos de La Boca y del Predio de Ezeiza están calientes. Y todo parece tener un principio: la reunión del lunes previo al partido ante Corinthians. Luego el desenlace futbolístico que lo conocemos, que no solo terminó con el puesto de Battaglia, sino que caímos ante San Lorenzo de manera semiamateur. Boca no fue Boca. Y las internas vuelan por los techos. Esta vez, del entorno más cercano a Benedetto explotaron.

La cabeza madre de nuestra institución es Juan Román Riquelme. Sea lo que sea, todas las miradas apuntarán a él. Por lo bueno y por lo malo. Y en este presente riguroso que atraviesa el Xeneize, el descargo es contra el último diez. Y sabemos, no por los dichos de Bermudez ni la publicación de Carlos Izquierdoz, sino por la información y los hechos, que los líderes del grupo y el Consejo, que hay chispas.

La decisión de sacar al Cali del equipo, llegó de superiores al cuerpo técnico, que aceptó la indicación y estuvo en el banco de suplentes ante el Ciclón. Ante el gol de Rojo, un eterno abrazo entre los centrales dejó todo en evidencia: "una imagen vale más que 1000 palabras", posteó Tato Aguilera en su cuenta de Instagram. ¿Y quién acompañó la publicación? El hermano del Pipa, con duras palabras ante el vicepresidente, Román.

En la misma alusión que las pintadas post eliminación de la Copa Libertadores, Lucas Benedetto sentenció a Riquelme con "El Romance se terminó hace muchos años, pero no todos se dieron cuenta! Aguante Boca".

Por el contrario de tirar agua fría al fuego que corre los pasillos Azul y Oro, el entorno más directo del Pipa agrandó la interna. Esta semana será un sinfín de decisiones y comentarios en Ezeiza. Benedetto y Riquelme seguramente tendrá una charla pendiente y tantos que aclarar.