No siempre se puede tener todo. Horas después de que los muchachos del fútbol salieron campeones de la copa de la liga, el básquet cayó sin atenuantes ante un rival que en este partido justifico porque jugará la final de la liga nacional.

Igualmente, que este traspié y esta serie en general no tape que este equipo superó las expectativas de todo el pueblo xeneize. Jamás después de haber observado lo que fue la fase regular, creímos que quedaríamos a tres victorias de llegar a la gran final. Yendo más allá, para los expertos, Peñarol nos iba a dejar afuera en cuartos de final, pero no sucedió. Por ello, honor y aplausos a este grupo de jugadores que lo dejaron todo por los colores y no tenemos de dudas de que volverán a estas instancias definitorias en un futuro muy cercano.

En lo que respecta al partido, lamentablemente no hubo equivalencias y no hay que tener miedo al decirlo. Los santiagueños metieron todo. ¡Tiraron para un 55% (20/36) en dobles! Y, por si fuera poco, un 44% (12/27) en triples, una animalada. Para poner en situación la locura de porcentajes de los norteños, anoche tuvimos menos perdidas y más asistencias, y aun así nunca estuvimos en partido.

Schattmann volvió a ser la figura del equipo, justo en el único partido que ganamos, el no tuvo un gran rendimiento, y en las tres derrotas sí, mucha mala suerte para él. Finalizó con 21 puntos y fue escoltado por Camacho Vargas con catorce y Boccia con trece. En la visita todo estuvo más repartido, su principal anotador fue Cosolito con 16 tantos y lo siguieron Acevedo y Anderson JR con trece.