Ni en vacaciones y ya fuera de todo tipo de competencia puede relajarse. Hoy no duerme por la incertidumbre que rodea a la contienda electoral. Versiones cruzadas, encontradas y opuestas, generadas por la desconfianza y antagonismo que reina entre los protagonistas principales configuran un fin de año que agudiza una tristeza aún mayor de la que les causó haber perdido la final de la Libertadores.

A la espera de definiciones, el oficialismo no deja de intentar estabilizar el curso electoral a través de sus abogados y al mismo tiempo no desatiende el proyecto deportivo que tenían trazado en caso de ser reelecto. Sobretodo si las elecciones llegaran a patearse para 2024.

Si en 2023 no se puede votar, el escenario más alentador para llevar a cabo los comicios tendrá como cercanas alternativas los meses de marzo, abril o mayo. Siempre y cuando la justicia se expida de manera rápida. De lo contrario Boca deberá seguir encarando 2024 enfocado en lo deportivo y a la espera de una fecha.

Si en los próximos días se confirma que se votará el año que viene, el oficialismo tiene decidió contratar al nuevo entrenador y encarar formalmente el próximo mercado de pases para encarar una particular temporada con Copa Sudamericana en el el menú.

Riquelme ya eligió. Sólo él sabe a quién irá a buscar cuando llegue el momento. Lo maneja con tal hermetismo que llegamos a tres nombres que le gustan, aunque todavía no haya hablado con ninguno de ellos. Uno tiene trabajo actualmente, el otro ya dirigió en Primera División en Argentina y tiene pasado en Boca como jugador. Y el tercero es toda una apuesta, ya que en caso de ser elegido tendrá su primera experiencia como DT.

Los 3 que gustan son Diego Martínez, Fernando Gago y Fernando Redondo. Martínez, actualmente en Huracán, siempre fue una debilidad de Román. Dos veces estuvo cerca de convertirse en DT de Boca, pero Tigre no lo dejó salir. La última vez que fue que lo llamaron fue tras la negativa de Tata Martino.

El caso de Gago es realmente particular. El ex DT de Racing se muere por dirigir Boca y ya se lo hizo saber a la dirigencia actual. Si fuera por él asume mañana. Su idea futbolística gusta en Boca y aunque todavía nadie se ha comunicado con Pintita, nadie le cierra la puerta.

Fernando Redondo tiene contacto con Román desee hace tiempo. Ven y entienden muy parecido el fútbol. El contacto nació después del NO de Martino y perdura hasta hoy. Será cuestión que se decidan o no por un debutante en un momento tan crítico y lleno de incertidumbres como el que está viviendo Boca.

Respecto del plantel, se llevará a cabo una importante depuración. Jugadores que no rindieron se irán a préstamo y jugador que crea que le llegó su fin de ciclo será respetado. Al mismo tiempo El Consejo ya trabaja en incorporar uno por línea, más allá de la llegada rutilante de Arturo Vidal.

El Rey Arturo se convertirá en el primer refuerzo de Boca en caso de que el oficialismo gane las elecciones en 2023 o tenga que confeccionar un nuevo plantel para 2024 a la espera de que se vote en algún momento del año que viene.

Sin paz, en vacaciones y con el deseo de votar, Boca comienza a transitar un fin de año inimaginable antes de vivir el Noviembre fatídico que le tocó escribir desde que aterrizó en Río de Janeiro. A Boca de urna lamentablemente nadie sabe ni puede predecir como terminará esta historia.