Seis partidos invictos, cinco victorias, un empate; finalista de la Copa Liga Profesional y segundo en la fase de grupos de la Libertadores. El presente parece ser inmejorable, aún así el "Xeneize" se jugará en los próximos días gran parte del semestre, ante Tigre primero y luego frente a Deportivo Cali.

Si bien es valorable lo hecho hasta aquí por el equipo de Battaglia, y fundamentalmente por su crecimiento futbolístico, lo concreto es que el fútbol depende de resultados y poco importará lo sucedido si no se ganan los compromisos que vienen.

El primero, contra el Matador, el próximo domingo en Córdoba para definir el campeón de la Copa Liga Profesional. El segundo, contra los colombianos, por la última fecha de la Copa Libertadores de América; en este cotejo Boca deberá ganar para asegurar su clasificación a la próxima instancia y no depender de otros resultados.

No hace falta decir que la Libertadores es la gran obsesión del hincha y desde hace ya varios años lo único que importa es quedarse con la séptima.

Ayer Battaglia se refirió a lo determinantes que son los próximos dos compromisos: "Estamos en carrera en todas las competencias. Se vienen partidos importantes, son todas finales. Tenemos una por el torneo y otra por la Copa. Esperemos que los podamos cumplir". Asumiendo la responsabilidad y obligación de ganar.

Hoy el DT es el chef, está preparando su mejor plato y todo ayuda para que el menú salga de maravillas, pero es consciente que no puede equivocarse en el último ingrediente porque, si eso sucede, arruinará lo que había elaborado hasta ese momento.