Se necesitaba como agua en el desierto, Boca tenía que ganar, sea como sea. Sobre todo, después de un flojo primer tiempo. Primero eran los tres puntos, para luego empezar a construir. Y si queremos subirnos a lo más alto del castillo para levantar la corona de campeón, hay que tomarnos de lo bueno y ante Atlético Tucumán el Xeneize logró algo que no pudo en todo el año.

Todo tiene un doble sabor y mérito, porque era ante el puntero del campeonato y porque los rivales que pelean arriba dejaron puntos en esta fecha, por lo cual era el tren justo para subirse a la pelea por el título. O por la defensa de lo que conseguimos el semestre pasado. Desde lo futbolístico, pocos argumentos, pero lo positivo es que Boca empieza a recuperar la memoria. ¿Por qué?

La actitud pocas veces se discutió. Que los de Azul y Oro van al frente, lo van. Pero hubo partidos que ni eso. Durante el vaivén que vivimos durante este año, cada vez que empezamos abajo en el resultado, nunca pudimos revertirlo. Y por primera vez en este 2022, logramos imponernos ante la adversidad. Tras comenzar perdiendo en el primer tiempo, en los segundos 45 minutos supimos dar vuelta la historia.

Sin dudas es el primer paso para recuperar el ADN ganador, donde el Xeneize se imponía desde el juego y el resultado ante los demás equipos de la Liga Profesional. Queda mucho trabajo, pero los dos goles de Langoni, la remontada hasta el puntero que venía de una gran racha, la respuesta al pedido del público y quedar a seis de la punta, son motivos suficientes para no desaprovechar el impulso y volver a lo más alto del torneo.