El goleador de Boca fue noticia después del partido más por sus declaraciones que por el buen partido (se lo notó más enchufado, más metido que en los encuentros anteriores) que hizo ante el Granate.

"¿Cómo estoy? Yo estoy bien. Son los boludos que siguen hablando boludeces". Está claro que en esa respuesta mostró su malestar por las críticas recibidas en el último tiempo. Además, también es sabido que a Benedetto no le gusta nada que se empiece hablar de la búsqueda de otro nueve para la próxima temporada.

Después llegó la queja por la falta de juego del equipo: "Más allá de que cuando no se generan situaciones de gol para los delanteros, necesitaba convertir", crítica que Benedetto ya había hecho durante la era de Hugo Ibarra.

Esta última expresión de Benedetto quizás sea entendible. Hace tiempo, más allá de la mejora que fue mostrando el proceso de Almirón, el equipo tiene poco juego, le cuesta generar situaciones, no tiene ese jugador desequilibrante, ese conductor que deje a los delanteros en posición de gol. Hasta la estadística de los delanteros del plantel, demuestra la poca efectividad que tienen.

Pero Benedetto también deberá entender que Boca necesita recuperar su mejor versión, de ese jugador de jerarquía que el hincha conoció. No suma ni ayuda ver al Pipa de este semestre enojado, haciendo gestos, incómodo. De él depende todo lo que venga.