Boca visitó el Estadio Diego Armando Maradona por la 9va fecha de la Liga Profesional. Tras ganarle a Talleres, el equipo del ratificado Hugo Ibarra, necesitaba seguir en la senda de la victoria pero lejos de lograrlo, cayó 2 a 0. Sin lugar a dudas, un Boca desconocido y perdido en la Paternal.

Ibarra pateó el tablero, a pesar de haber sumado de a tres luego de cinco partidos. Un poco por su decisión y otro por obligaciones. Nunca sabremos que pasaba si a Benedetto no lo pisaban y se lastimaba el tobillo, pero lo cierto que el Pipa estaba en el banco de suplentes, a disposición del DT. Además, cambió el esquema y formó con Rossi; Advincula, Zambrano, Rojo, Fabra; Pol Fernández, Campuzano; Zeballos, Orsini, Vázquez y Villa. Un 4-2-4, poco visto en Boca.

Tal vez el dibujo táctico inicial era un 4-4-2, pero la realidad que Villa y Zeballos era de la parte ofensiva y no de la creación de juego. Por eso, el Xeneize nunca tuvo creación. No hubo nexos, ni futbolista por el interior de la cancha. Dos pases largos de Campuzano, pero desde la mitad de la cancha, a Orsini, fue lo único que intentó Boca en los primeros 45'. Por el contrario, se plantó Argentinos Juniors, que fue netamente superior, hizo valer su localia y la forma de jugar de su entrenador.

El partido era luchado, pero se disputó más en el campo de Boca. Argentinos supo ser más intensivo a la hora de recuperar y atacar. Parecía que en los de Azul y Oro quemaba la pelota y a su inversa en el Bicho. La paciencia para buscar espacios, terminó a los 26 minutos cuando Carbajal de frente al arco, prendió mecha y clavó un golazo desde afuera del área. Al ángulo cruzado de Rossi. Inatajable. ¿Y Boca? Irreconocible, que en vez de ir a buscar, se metió más atrás. Tan lejos de Lanzillota, que en un foul de Zambrano al borde de nuestra área, terminó en gol. Esta vez, centro de Carbajal y la cabeza de Verón terminó con el 2 - 0 en el primer tiempo.

Y si fuiste superior la primera parte, la segunda Argentinos la jugó con inteligencia: le cedió la pelota a Boca. Que, por lo menos, hasta los 20 minutos de la segunda mitad, solo dominó en el medio del campo entre pases de defensores - volantes, volantes - defensores. No cayó una idea. No hubo un desmarque. No pasaron los laterales. No se lució la carta bajo la manga de siempre, que es Villa. Todos tomados.

El técnico Xeneize mandó a Sández en lugar de Fabra y a Romero, en lugar de Orsini. A raíz del ingreso del paraguayo, sobre todo, empezó a extender el dominio de la mitad de la cancha a más cerca del área rival. Pero si cuando se intentó la pelota rebotaban en los receptores, o se dejaban anticipar, o la pasaban a cualquier lado, era muy difícil.

Ibarra, quién parece no temblar el pulso, sacó a Villa y Vázquez, por Ramírez y Benedetto, respectivamente. Variantes, cambios, intentos, impulsos, individual o colectivamente, Boca estuvo impreciso y desconocido casi los 90 minutos. Terminó siendo un justo 2 a 0, pero lo que más duele no es la superioridad del Bicho, sino que luchó por que sea una historia diferente. 3 puntos de los últimos 15 en juego y quedamos lejos de los primeros puestos.