Opinión-Diego Monroig
Para volver a jugar con ver El número 7 en todos lados, Boca deberá conseguir la clasificación a la próxima Libertadores en lo que queda del año. Tiene 3 frentes abiertos y no puede fallar.
Por: Diego Monroig
6 de noviembre de 2023
En Río de Janeiro la Copa Libertadores dejó de ser una obsesión, se ha convertido en un padecimiento. Si logra participar del próximo torneo continental estaremos frente a un escenario de 17 años sin poder conquistarla. Sin embargo, Boca siempre dio pelea. De las últimas 10 participaciones, en 5 llegó a Semifinales y en 3 aterrizó en la Final.
No ha podido torcer la hegemonía brasileña. Por quinta edición consecutiva la Copa se quedó en Brasil. Es más, a las últimas 6 finales solo llegaron equipos de Argentina y Brasil (Boca, River, Flamengo, Palmeiras, Fluminense, Paranaense y Santos).
Llegar a una final no es para cualquiera. Todos quieren alcanzar esa posición de privilegio, pero es para pocos. Y para ganarla tenes que tener aún algo más, ser un elegido y tener un plantel acorde. El único que estuvo en todos los detalles y no dejó nada librado al azar fue Fluminense, además de tener uno o dos jugadores distintos que Boca no tuvo.
Boca es su gente. Con el movimiento más importante de la historia, el hincha estuvo a la altura de una Final de Copa Libertadores. El marco que le dieron a Río, sobretodo en la previa fue histórico y único. 35 mil hinchas privilegiados adentro del Maracaná, otros tantos afuera por las calles de Río y 3 mil con QR que no pudieron entrar por la feroz represión policial.
Respecto del partido, Boca ofreció ventajas en el primer tiempo desde el planteo. Almirón comenzó el juego respetando en demasía a Fluminense y pese a haber trabajado la presión alta contra la salida del equipo de Diniz, nunca la ejecutó. La imagen que había dejando frente Palmeiras entusiasmó a todos, sin embargo esa impronta no pudo llevarse a cabo durante los primeros 45 minutos.