Los partidos de Copa Argentina son incómodos y complicados. El torneo en sí es complicado. Si bien Boca y River son los que más veces ganaron el certamen más federal desde que resurgió en 2012 (3 cada uno), en general es un torneo duro. Porque los rivales que juegan contra Boca tienen poco por perder. y porque el Xeneize tiene todo para perder. Cada partido del equipo es contra un rival y contra la posibilidad de ser la tapa del papelon al otro día. Boca está obligado a llegar a la final. Si queda en el camino antes, es fracaso o casi. Sobretodo si en la llave no le toca algunos de esos oponentes de historia, que en condiciones normales, los encontrás en el final del camino.

Bajo este concepto, en los 3 partidos que se jugaron en esta edición 2022, Boca le ganó 4-1 a Central Córdoba de Rosario (el resultado pudo ser más ajustado porque en el comienzo sufrió), 1-0 a Ferro (por momentos con angustia) y 1-0 ayer a Agropecuario, que con 10 no se podía acercar al área de Javier García. Pero que, sobre el final, casi lleva a Boca a los penales.

¿Ganó Boca? Sí. Sin ser un equipo que genere una catarata de situaciones fue un justo vencedor. Pero si hay que ponerle un puntaje a la actuación... ¿Cuánto se le pondría? No más de 5.

¿Qué le pasa al equipo? De aquella muy buena versión en los dos partidos con Corinthians, bajo las órdenes de Sebastián Battaglia, a este equipo de Hugo Ibarra con el partido de Estudiantes como punto más alto. Boca aún no puede despegar y tiene algunos ítems que se repiten cada 90 minutos. Por ejemplo:

- Boca es un equipo previsible. Ataca casi siempre de la misma forma y bajo los mismos conceptos. De esta manera no puede sorprender casi nunca.

- Le cuesta generar fútbol. No tiene creatividad. En efecto, dos de los últimos tres goles nacieron de una pelota detenida: el de Óscar Romero de tiro libre con Platense y el de Pol Fernández de ayer, tras un tiro de esquina, y una avivada del ex Cruz Azul que le ganó en el área a su marca.

- Es un equipo que no tiene audacia para intentar algo distinto.

- Está lento. Con un ritmo cansino, como si le faltara ritmo. Cómo si jugará en cámara lenta.

Algunos preguntarán: ¿Y por qué gana? Gana porque mayoritariamente Boca gana más de lo que pierde y porque tiene futbolistas de jerarquía, que se alternan y lo van salvando en determinadas situaciones.

¿Cómo está tan cerca de ser campeón de Copa Argentina? Porque el fútbol es así. Claro que Boca puede ser campeón. Pero para eso necesitaría mejorar al menos algo su funcionamiento. El próximo rival sigue siendo del ascenso: Quilmes o Deportivo Madryn. Ya después se encontraría en semifinales con River o con otro rival de Primera. Ahí la cosa se empareja.

Volviendo al partido de ayer con Agropecuario, Boca mostró parte del repertorio de casi siempre. Llega poco al arco rival, por más que maneja la pelota, como ayer. Por más que tenga el dominio, es un equipo que aburre y que no lastima. ¿Cuantas chances le creó a Agropecuario? No más de 3 o 4 en 90 minutos. No más.

En síntesis, de Salta, Boca se lleva una victoria que era casi obligatoria. Pero le salió carísima por la lesión de Exequiel Zeballos (estará varios meses afuera de las canchas por tener la tibia comprometida) y porque otra vez, pese a ganar, volvió a dejar montones de dudas. Dudas que se repiten en casi todos los partidos.