No hay objeción alguna para Agustín Rossi dentro del campo, ni de los compañeros, ni los técnicos que lo tuvieron, ni la dirigencia, ni mucho menos desde los hinchas, que gritaron a los cuatro vientos "Rossi es de Boca y de Boca no se va". Está claro y probado, que el uno Xeneize está hecho para nuestro arco. Pero como manifestó alguna vez Juan Román, primero hay que cuidar la economía del Club.

En ese camino transcurre la negociación entre el Consejo de Fútbol y el entorno del arquero. Una oferta de renovación del club, una negación y contraoferta de Rossi... y tres meses después un ofrecimiento "gigante" desde Boca a Agustín. ¿Pero puede caducar la segunda propuesta? ¿Qué piensa hacer Rossi? ¿Hay un límite para negociar?

Los tiempos de Riquelme y compañía no son los mismos que lo de los futbolistas. Quedó demostrado con Salvio, el último caso de Boca que se fue en libertad de acción. Y de esa manera parecen ser los pasos a seguir con el arquero boquense. Pasaron tres meses para mostrar un nuevo vínculo, y ahora Rossi es quién se toma su tiempo. Pero, desde Boca podrían apurar la respuesta, porque en caso de ser negativa la negociación, sería inminente la contratación de un nuevo arquero. Y el reloj corre: hay tiempo hasta el 8 de agosto.

Según informó Olé, junto a su representante, el portero de 26 años buscaría una nueva reunión durante la semana, para afinar números y cláusulas establecidas. Está claro que Boca cedió y mejoró su primera postura, que parecía inamovible. Para Rossi la oferta no alcanza sus pretensiones, pero en la próxima junta con el CDF, podría definir y poner el gancho.