La ratificación de Ibarra es un error. Vayamos a los tres escenarios posibles, partiendo que nadie del Consejo cree que es el DT adecuado para dirigir al club de cara a todo lo que viene; último año de gestión y casi la obligación de ganar la próxima Libertadores.

Escenario ideal: Boca comienza a sacar buenos resultados, pelea los torneos y hasta puede ganar alguno. Con este panorama pueden volver a equivocarse como con Battaglia a quien le renovaron y todos sabíamos que no era lo que este equipo necesitaba, finalmente lo terminaron echando igual que a Russo.

Escenario complicado: Los resultados no se dan pero el actual DT logra terminar su vínculo en diciembre y el club comienza una nueva búsqueda de entrenador, en ese caso se habrán perdido meses valiosos para el trabajo del nuevo CT con el plantel que deberá afrontar la Copa.

Escenario caótico: El equipo sigue sin jugar a nada y las derrotas se multiplican. Los jugadores, que no arrancaron creyéndole al entrenador, no encuentran respuestas en este CT. Ahí, el Consejo deberá tomar una decisión antes de fin de año o el propio Ibarra podría alejarse de su cargo, una vez más, se expondría a otro ídolo del club.

La conclusión es que pase lo que pase, se tomó una decisión equivocada. Se buscará entrenador para 2023 tras este interinato largo o puede confundirse si los resultados se dan. Boca debe tener un entrenador de jerarquía con experiencia para tratar de lograr el máximo objetivo; ganar la Copa Libertadores 2023.

El tiempo dirá, esta gestión cerrará sus 4 años con al menos cuatro entrenadores. No parece ser el escenario ideal para un proyecto serio. Ya despidieron a Russo y a Battaglia. Ibarra podrá cumplir su vínculo y en el 2023 habrá otro técnico.

La gente, mientras tanto, apoya. Siempre.