Boca sufrió ante un rival inferior por haber tomado algunas decisiones consciente y otras no tanto. Primero por los planteos de Almirón, sobretodo en el primer partido, y luego por la falta de efectividad que tuvieron los delanteros, en especial en La Bombonera.

Cuando Riquelme pensó en Almirón, lo terminó eligiendo por su idea de juego. Básicamente lo contrató para que Boca juegue de una manera totalmente opuesta a la que mostró en esta llave. Fue a Montevideo a defenderse como si enfrente tuviese a un poderoso equipo. Y de local estuvo lejos de ofrecer un planteo sólidamente ofensivo.

Almirón tiene uno de los mejores planteles de esta Conmebol Libertadores. De acuerdo a los nombres que se pueden leer en la plantilla, se puede imaginar otra clase de planteo mucho más audaz y ofensiva.

Lo que llama la atención es que al entrenador de Boca se le pide que el equipo juegue como siempre jugaron los equipos de Almirón. Esa idea de juego se ha visto lamentablemente poco en Boca. Y no sólo eso, últimamente su juego se ha destacado por ser muy conservador.

El DT tiene jugadores para armar un 4 3 3 o un 4 3 1 2, un dibujo más cercano a lo que siempre el mismo ha pregonado. Sin embargo ha hecho todo lo contrario, en especial durante los primeros noventa minuto. Acepto que de acuerdo al rival (no era el caso) modifiques tu esencia, pero si estás decidido a llevar a cabo el cambio debés hacerlo bien. Boca decidió defenderse y se defendió mal. La serie estuvo en riesgo tanto en Uruguay y en Buenos Aires.

Boca ya está en cuartos de final. Almirón deberá tomar nota de lo que fueron los 180 minutos de una serie turbulenta, en la que puso en riesgo la clasificación. Es hora de trabajar mucho y en poco tiempo. No es tiempo de fijarse en los rivales, sino de mirar hacia adentro porque hoy la pelea es de Boca vs Boca.