Carlos Quiñónez Nacido en Rafael Castillo era señalado como el enganche promesa de Boca. Con Riquelme y La Paglia arriba soñaba con llegar, sobre todo por su habilidad y por las semejanzas al juego de Román. Llegó a La Ribera desde Ferro junto a Facundo Bonvín y otros jugadores más a cambio de un millón de dólares. Con toda la chapa fue figura en el Sudamericano Sub 17 que se jugó en Paraguay, donde fue titular en todos los partidos menos en la final contra Brasil. En ese partido definitivo se rompió los meniscos de la rodilla izquierda que lo dejó afuera de las canchas. Reapareció en la reserva bajo la lupa de Griffa, García Cambón y Hugo Alves. Supo vestir la celeste y blanca junto a Costanzo, Grabinski, Milito, Chaparro, Marchant, Pereyra, Farías, Galetti y Prieto entre otros.

¿Cómo es tu vida actualmente?

"En 2010 deje de jugar por problemas de la rodilla, empecé a trabajar en una empresa de puesta en marcha de Termomecánica".

¿Qué recordás de tu paso por Boca?

"El paso por Boca fue lo más importante de mi vida, poder vestir esa camiseta y jugar en la Bombonera, nada igual y por supuesto todos los amigos y gente que sigo en contacto".

¿Cómo lo estás viendo a Boca?

"Lo veo bien, en un momento de cambios y es muy difícil tener una base siempre con los mismos, igual gano torneos más que los demás y eso me deja tranquilo".

¿Cuándo te fuiste del club donde continuaste tu carrera?

"Cuando me fui de Boca fuimos a Necaxa con el Chango Moreno y el Tucu Galvan, después fui a América, volví a Chacarita, luego me fui a Malasia, a Chile y volví a México".