Muchas cosas positivas y algunas negativas. Lo más positivo es que Boca logró revertir, primero, una imagen que había sido bastante deficitaria en el primer tiempo, y segundo, un resultado. Cosa que no hacía desde hace mucho tiempo. Boca, para que ustedes tengan idea, desde junio de 2023, o sea, ya casi ocho meses, que no gana dos partidos seguidos. Boca gana, después empata o pierde. No logra enhebrar dos triunfos seguidos. Entonces, dar vuelta un resultado contra un equipo de los grandes, y, aparte, que pelea directamente por un lugar, un rival directo, en la lucha por un lugar a los cuartos de final de la Copa de la Liga. Por eso la importancia de este resultado.

Y yo titulé la nota con los huevos del equipo, con los huevos de la hinchada porque está claro que la actitud del equipo en el segundo tiempo fue diferente a la que había mostrado frente a Unión, que fue totalmente deficitaria la cuestión actitud. La actitud en Boca no se negocia, señores. Y después también fue deficitaria en el primer tiempo frente a Racing.

Boca jugó un primer tiempo lavado, un primer tiempo insulso. No fue superado por Racing. Pero uno tenía la sensación de ¿qué pasa acá? Falta algo. Falta más participación de Medina, más participación de Zenón, falta que el chico Benítez se tranquilice, falta que Blondel termine bien una jugada, independientemente del golazo que metió.

Martínez cambió en el segundo tiempo de entrada, lo introdujo a Advíncula y al minuto Racing le hace el gol, justamente ganándole la espalda a Advíncula. ¿La culpa es de Advíncula? No, la culpa es de la desorganización que provoca este tipo de cambios. ¿Qué es Advíncula finalmente? ¿Cuatro? ¿Ocho? Fíjense que en el entrenamiento de hoy fue ocho. Y el otro día entró de cuatro en el partido frente a Racing. También lo confunde ese jugador. Pero después la actuación de Advíncula con su fervor, con su ira, con su salida arriba, con sus huevos, con su marca, fue positiva. Le infundió a Boca una dosis de energía muy importante.

Medina, volvió a ser el Medina que nosotros queríamos, el que jugó contra River. Agarró las manijas del equipo. Zenón volvió a ser el de los primeros partidos. Entendió que para jugar en Boca, aparte de ser bueno, de tener calidad, hay que poner otras cosas, hay que poner energía. Y empezó a ponerla. El chico Benítez se tranquilizó y el ingreso de Anselmino para armar esa línea de 5 después de los goles de Boca, hicieron que Lema y Valentini se sientan más seguros, más protegidos.

Blanco tiene buenas y malas, pero generalmente siempre te va a acertar una o dos jugadas. Fíjense, generó el segundo, el gol del empate, el gol en contra, una jugada de él, después un centro adentro que Cavani terminó concretando O sea, ¿quién le puede negar a Blanco esta situación? Por supuesto párrafo aparte para Cavani. Cavani es de otra liga. ¿Quién se animó a cuestionar a Cavani? Cómo se elevó, cómo cabeceó. Es de otra liga Cavani, señores.

Y un párrafo aparte y por eso el título de esta nota para usted, hincha de Boca, porque usted con su aliento, con su ir al frente, con su apoyo en los malos momentos, con estar siempre con su bandera, con sus bombos, con sus cánticos, con su "Vamos Boca que tenemos que ganar", usted lleva al equipo para adelante. La Bombonera, nuestra casa de la que no nos iremos nunca, contribuyó para eso.

Los huevos del equipo, los huevos de la hinchada. Ya tenemos eso, los huevos del equipo, los huevos de la hinchada. Ahora hay que agregarle la inteligencia. La inteligencia de elegir a los mejores para que jueguen en La Plata, la inteligencia para elegir el mejor esquema, la inteligencia para seguir poniendo esta energía que lo va a llevar a Boca, primero a clasificarse y después a pelear la Copa de la Liga. ¿Saben por qué? Por los huevos del equipo y por los huevos de la hinchada.