Desde que se convirtió en finalista de la Copa Libertadores, el Mundo Boca no habla de otra cosa que de la final ante Fluminense. Y así va a ser hasta el 4 de noviembre, sacarse el chip de Río de Janeiro será imposible.

Hasta Miguel Merentiel lo reconoció en la semana. "Pienso mucho en la final, va a ser el partido de mi vida, va a ser una final, una guerra, que tenemos que salir victoriosos como sea. Esa final no sale de la cabeza de cualquiera de los chicos que están acá", por si hay dudas dónde está la mente de los jugadores.

Ahí estaba el gran desafío de hoy ante Talleres. Enfocarse, estar metido ante un buen rival, quizás el más importante de acá a la final. Por eso la decisión de Almirón de poner a todos los titulares (salvo Fabra y Advincula) para este partido de Copa Argentina.

Se vió un Boca enchufado, rápido de mitad para arriba, que generó varias situaciones claras pero se encontró con una gran actuación de Herrera. Jugó un buen primer tiempo Boca pero se fue al descanso en desventaja porque Talleres aprovechó la única que tuvo.

La postura de Boca en el complemento no cambió. Ambicioso, siguió yendo a buscarlo, tuvo juego y logró empatarlo de penal por Cavani, que falló en varios mano a mano.

Debió ganarlo en los 90 minutos, hizo y fue más que Talleres. Fue por penales. Sin la determinación de Chiquito Romero como en las series anteriores, pero con la eficacia de los que vienen pateando. Boca está en semifinales de Copa Argentina y sigue vivo en todos los frentes