"La confianza es algo importante para los jugadores y yo les tengo que brindar confianza. No nos desesperemos, recién van dos fechas. Les pido tranquilidad. Los jugadores que la gente quiere ver, van a tener sus oportunidades. Es un año muy largo con mucha competencia". El dueño de la frase fue el técnico de Boca después del empate ante Central Córdoba de Santiago del Estero.

Ibarra definitivamente marcó la cancha e hizo pública una decisión que ya había tomado puertas para adentro. Al inicio de temporada ya tenía claro que en el inicio de la Liga le iba a dar rodaje a una misma base titular en busca del viejo y conocido equipo de memoria. Sin embargo, el objetivo trazado comenzó a sufrir cuestionamientos basados en el juego y no tanto en los resultados.

En el último tiempo y sobre todo durante el ciclo de Ibarra, Boca nunca se jactó por regalar un juego colectivo. El fuerte del equipo sigue basándose en el individualismo, la jerarquía y peso propio de sus jugadores. La gran diferencia es que durante el inicio de la actual temporada, la efectividad y el rendimiento de algunos jugadores están lejos de sus posibilidades. Y estas deficiencias sobresalen aún más cuando no se puede sumar de a tres.

En el cuerpo técnico entienden que hay jugadores que están muy lejos de su nivel. Los casos de Luis Advíncula, Pol Fernández, Juan Ramírez y Nicolás Orsini se han convertido en todo un dilema para el entrenador. Su idea era respaldarlos y recuperarlos, especialmente a Ramírez y Orsini, ya que desde que llegaron a Boca no han podido rendir a la altura de las expectativas.

Desde la final con Racing en Abu Dhabi, Ibarra nota que hay jugadores que siempre rindieron, pero hoy por hoy están bajos. Ellos son Advíncula y Pol. Desde el vamos han sido parte de una base intocable, sin embargo durante estás dos primeras fechas en el caso puntual del capitán ha sido siempre reemplazado en la segunda parte y le ha dejado su lugar a Equi Fernández.

El técnico reconoce puertas adentro que el equipo debe jugar mejor y ofrecer una imagen acorde al plantel que tiene. Pero lejos de apostar al cambio de inmediato, se inclinó por darles un partido más. Por ende este sábado en Córdoba puede ser la última oportunidad que tengan algunos para defender su titularidad. ¿Tres fechas son una buena medida de tiempo para que un equipo aparezca o es demasiado para los tiempos urgentes que corren?.

Al mismo tiempo que el entrenador reconoce el bajo nivel de algunos dentro del once titular que viene diciendo presente en la Liga, atiende el muy buen nivel que están mostrando cada vez que ingresan Equi Fernández y Changuito Zeballos. Siendo estos dos potenciales titulares en el corto plazo si sus competidores no levantan el nivel. Langoni no ha sumado minutos aún en el Torneo, pero se encolumna entre los más pedidos por el hincha de Boca y espera por su oportunidad.

Si esta situación se estuviera dando en otro momento del año o durante una etapa decisiva de la competencia, seguramente Ibarra no apostaría a la confianza y recurriría a la cirugía mayor. Si no lo hace, es exclusivamente porque el año recién comienza y pretende que todos tengan sus oportunidades. El mensaje es perfecto, salvo que muchas veces no encaja en medio de un fútbol argentino que no te espera y muchas veces no da revancha.