Hay una remanida frase en el fútbol que marca que pase lo que pase: "El técnico siempre es el fusible", cabe recordar este lugar común en este momento tan difícil que atraviesa Boca, el fusible en todo este proceso tuvo nombre y apellido y se llamó Sebastián Battaglia y yo, lo primero que quiero marcar, es que no tenemos que olvidar, que el Boca es el campeón actual y vigente del fútbol argentino y que hace menos de dos meses levantó una Copa. Para profundizar esta idea, recuerdo que este equipo también es último ganador de la Copa Argentina. Dicho esto, es evidente el peso psicológico y de deseo máximo que tiene la Copa Libertadores para este club y que todo este proceso de decadencia futbolística dirigencial, institucional y como se lo quiera llamar, arrancó aquella noche triste, nefasta e injusta de eliminación en manos del Corinthians y justamente en los penales, instancia que tantas veces benefició a Boca y que le jugó una muy mala pasada la última vez.

El gran interrogante ahora es saber si estuvo bien la salida de Battaglia, la realidad marca que al ex entrenador todo el mundo lo criticaba, se decía que el equipo jugaba mal, que no jugaba a nada, que no tenía una línea de juego, que eran todas improvisaciones, que solo dependía de las individualidades y demás. Fue un DT siempre criticado que decidió declarar lo que declaró, intentó salvarse solo y sentenció su situación de salida. Ahora bien, yo quiero marcar una cosa, acá queda claro que el reclamo es que una vez que se fue el entrenador saliente, el club debió haber nombrado ya un entrenador de nombre, fuerte, con experiencia para llevar al equipo y comenzar a armarlo y ordenarlo pensando en el 2023.

Igualmente quiero marcar que quedan 50 puntos en juego de la Liga Profesional, que el equipo está hoy a 7 unidades de la punta, que lo que queda por delante es demasiado largo para soportar cualquier tipo de decadencia futbolística y para que los partidos pasen de largo como si nada importara. Queda además una instancia importante en la Copa Argentina que puede llevar a otra eliminación directa frente a River, por lo tanto, el tiempo no puede pasar en la intrascendencia y mucho menos mostrando tan poco nivel futbolístico.

Pero aquí quiero detenerme en el título de esta nota, no puedo dejar que los jugadores pasen inadvertidos dentro de todo este proceso, seguramente acá hay una cadena de errores y de yerros importantes, pero a mi modo de ver, los culpables principales de todo este momento, no tengo dudas que son los jugadores. Fueron ellos los que comenzaron esto la noche previa al partido frente al Corinthians. Creo y entiendo que cualquier trabajador reclame lo que le corresponde, es más, me parece perfecto que así sea, pero deben entender que hay momentos. Si vos estás ante la posibilidad de un pase a una ronda superior de la Copa Libertadores de América y en un partido de mata mata, no podés hacer el planteo que hiciste y menos aún de esa manera. Inclusive, esto confesado por los propios jugadores, llegando al punto de amenazar con no concentrarse para semejante partido. Hablando en un castellano simple, esto se llama extorsión. Por eso, ellos no pueden quedar exentos de este duro momento, es más, yo me animo a afirmar que son los verdaderos y principales culpables de esta situación.

Quiero marcar que la camiseta de azul y oro es demasiado grande e importante para decir que estamos abatidos por esta situación, porque nos eliminaron de un torneo por más que sea el más importante, esta camiseta por el solo hecho de ponértela, tiene que darte suficiente motivación y los jugadores no pueden arrastrarse por lo campos de juego como lo están haciendo. Boca tiene que volver a ser Boca, para eso se necesita un Director Técnico que comande, que maneje el vestuario, que lleve futbolísticamente al grupo y que lo vaya preparando para lo que viene. Quiero y respeto al "Negro" Ibarra, pero este no es el momento apropiado para él. Aquí si veo un claro error dirigencial. Por eso, pido urgente un nuevo entrenador, pero que quede claro que Ibarra acá no tiene la culpa de nada, los verdaderos culpables de todo esto insisto y no tengo dudas, son los jugadores.