La infancia de Nicolás Colazo camina por las calles de Villa Ballester, aunque nació en San Martín, justamente un 8 de julio. Como muchos chicos de nuestro país, su gran anhelo era ser futbolista. Y el destino le cruzó a Boca en su vida, a donde arribó a sus 9 años, lugar dónde siempre soñó jugar. Hoy, con sus 32 años cumpliendo en la fecha, tiene en su espalda más de 120 partidos en la máxima del Xeneize.

Zurdo, encarador y fanático de hacer goles, llegó Nicolás Colazo a Boca Juniors. De delantero pasó a volante por izquierda. Era once y se convirtió en siete por la decisión de César Mendoza, técnico de novena en aquel entonces. Desde esa posición, empezó a hacer su carrera profesional.

De la mano de Alves en el Clausura del 2009, Nicolás hace su debut oficial con la casaca Azul y Oro. Fue ante Colón, en la última fecha del torneo. Boca ya no jugaba por nada, más que la dignidad de sumar tres puntos que lo saquen del fondo de la tabla. Colazo, fue titular y el Xeneize terminó ganando 3 a 1, en Santa Fe. Esa tarde, Román se fue expulsado, Palermo marcó un doblete y Battaglia metió otro de cabeza.

El joven debutante, tuvo una gran tarde. Asistió en dos de los tres goles del triunfo ante el sabalero. Con 18 años, casi 19, Colazo mostró su categoría y que podía ser algo serio en el futuro. Pero ese comienzo, como tantos que pasan en el futbol, se puso en pausa, porque en el Apertura del 2009 jugó solo tres partidos.

Ya en el 2010, con Basile a la cabeza, Colazo empezó como titular en los amistosos: ¿cómo pagó? Con un gol a los ocho minutos del partido ante el Ciclón. El volante pedía pista pero no logró volar. Pasó todo otro año sin ruedo. El 2011 empezó igual: titular en los amistosos. Esta vez no solo le anotó a San Lorenzo, sino que también a River. A partir de ello, Falcioni lo afianzó y le dio rodaje.

El carrilero por izquierda, de agilidad y velocidad, poco a poco se quedó con el puesto. Logró sumar su primera estrella en su carrera y una gran cantidad de minutos. A mitad del 2013, pasó a All Boys, pero regresó a principio del 2014 a la Ribera.

Con la salida del Virrey y la llegada de Arruabarrena, Nicolás pasó a ser lateral por izquierda. Retrocedió un puesto dentro del campo de juego. No era su posición habitual, pero rindió. Fue titular en ese sector, en ambos partidos ante los primos en la Sudamericana de ese año.

A principios del siguiente año, un desempate ante Velez por ocupar la última plaza de AFA en el certamen internacional se jugó. Boca ganó, con un golazo de él recordado por todo el pueblo boquense, desde afuera del área. Y, está vez, al igual que el año anterior, quedamos afuera ante River en la Libertadores, pero por lo sucedido fuera del verde césped.

En 2016, con Barros Schelotto como DT de la institución, Colazo empezó a perder terreno. Lesiones que lo alejó en cierta parte de la máxima competencia y de a poco perdió lugar. Así se empezó a arreglar su salida del club, luego de siete años en la primera de Boca. En total fueron 125 partidos, para Nicolás Colazo. Anotó 9 veces en la casaca Azul y Oro. Ganó tres títulos. Hoy, el futbolista que surgió de nuestra cantera, cumple 32 años.