Supo revertir murmullos por aplausos, críticas por elogios, hoy disfruta el presente y aguarda con esperanzas el futuro. Sebastián Battaglia un hombre que conoce a la perfección el "Mundo Boca" demostró una vez más la importancia de ser paciente en momentos adversos y confiar en sus propias convicciones aún cuando muchos ya veían acabada su etapa.

Luego de aquel empate con sabor a derrota en la Bombonera contra Godoy Cruz el 20 de abril, todo indicaba que el ciclo del entrenador llegaba a su fin. Más allá del resultado el equipo no encontraba respuestas, no lograba ganar como local en el campeonato desde diciembre pasado, y el semblante no era el mejor.

Esos días se vivieron de una manera especial, reuniones entre el Consejo, Dirigentes y entrenador que desencadenaron en la determinación que Battaglia siga a pesar del momento; fue el propio DT quién públicamente reconoció tener "muchas fuerzas" para seguir.

Alguna vez lo dijo Riquelme: "el fútbol es muy dinámico y en cuestión de días puede pasar cualquier cosa". Nadie imaginaba que tan solo 72 horas después llegaría una bocanada de aire fresco. La victoria en Santiago del Estero ante Central Córdoba fue una prueba de fuego para el entrenador y si bien en el medio hubo una derrota en Brasil ante Corinthians el equipo ya mostraba signos de recuperación.

El espaldarazo final llegó en los últimos dos compromisos, el primero ante Barracas en la Bombonera. Si bien el rival no reviste mayor complejidad era trascendental ganar de local para cortar la racha sin triunfos en esa condición y asegurar la clasificación a cuartos en la Copa de la Liga. El "Xeneize" sin atenuantes se impuso 2-0 con goles de Pipa Benedetto, el segundo una obra maestra.

La pincelada final a este equipo renovado se dio ayer en la Paz, un escenario siempre complejo y en un momento complejo. Un año hacía que Boca no ganaba por copas internacionales de visitante, vaya momento para lograrlo. El gol de penal de Salvio le permitió cortar con esos números y ubicarlo en el grupo segundo a solo un punto de Corinthians.

Lo que era un diagnóstico crítico solo dos semanas atrás, hoy es estabilizado con síntomas de mejoras. Sin dudas que Battaglia, independientemente de los jugadores, fue quién mejor supo tomar el pulso del momento y revertir ceños fruncidos por risas de ilusión.