Incertidumbre. Es la que tiene el socio de Boca para saber cuando podrá elegir el nuevo presidente. El fracaso de la audiencia de conciliación entre las partes hizo que todavía no sepamos cuándo se harán los comicios en el club.

Cansado. Está el socio de Boca de toda esta situación. De tantas idas y vueltas, de acusaciones, de no saber quien miente, de ser rehenes de la justicia. De estar en el medio de una grieta que cada día que pasa es más grande.

Impensado. Cómo termina el año el hincha y el socio de Boca. A lo deportivo, se le agrega esta situación. Que duele, que lo priva al socio, por ahora, de elegir quién conducirá el club en los próximos 4 años. Además está elección tenía el condimento que iban a realizarse en el césped de la Bombonera. Por ahora las carpas instaladas en el campo de juego tendrán que esperar la resolución judicial.

Desconcierto. Es lo que se viene en lo deportivo. Ante esta situación y la posibilidad que las elecciones se hagan en el 2024, la designación del nuevo entrenador y del armado del plantel queda condicionada a lo que vaya a pasar en la justicia. Más allá de la decisión de Riquelme de querer, quizás, anunciar a su técnico en estos días y la certeza que Palermo es el elegido por la oposición. Todo suena desprolijo.

Las diferencias entre quienes quieren conducir el club hoy no tienen un punto en común. Todo está en manos de la justicia. En el medio, el hincha y el socio de Boca que son los que verdaderamente hacen grande al club. Sólo ellos. Nadie más.