Anoche jugaron dos equipos ante Tigre. Si, leyeron bien. Y fueron dos equipos bien distintos. Boca vive una realidad llamativa. Tiene dos equipos que forman uno. De mitad para adelante puede pelear la Libertadores. De mitad para atrás, puede perder con cualquier rival.

Boca goleó a Tigre 5-3. Pudo hacer más goles. Le pudieron hacer más e incluso perderlo. Es demasiado evidente la diferencia entre las líneas y sus rendimientos. Boca tiene una contundencia notable que lo puede llevar a pelear el máximo objetivo: La Libertadores. Y tiene distracciones defensivas que le pueden costar muy caro.

Anoche Zeballos ratificó su gran momento. Más allá de convertir dos goles, fue el arma fundamental del Xeneize en ataque. Molinas jugó un gran partido acompañado por un buen Pol Fernández. Villa es determinante, casi siempre.

Párrafo aparte para el goleador: Darío Benedetto. Doblete. Cabezazo con un salto impresionante y repentización tras un error defensivo del rival. Boca recuperó a un 9 bárbaro. Sus números desde que volvió son excelentes y mantiene la ilusión de los hinchas.

Jerarquía arriba.

Atrás, un mar de dudas. Un arquero inseguro en los centros. Weigandt, en un nivel bajísimo que desordena a toda la defensa con sus idas sin vueltas. Figal, inseguro: por momentos subestima la jugada. Rojo, se contagia de su compañero de zaga. Fabra, terminó siendo el más criterioso, aun con sus problemas de marca. Un combo delicado. Le hicieron tres goles. Le cabecearon 3 veces en el área en el 2-3.

Abajo, dubitativo.

Son las dos caras de Boca. Estará en el entrenador que el equipo sea más parejo y confiable. Anoche vimos un equipo brasileño. Arriba te liquida, abajo sufre.

Para el torneo local o Copa Argentina, nadie duda que a Boca le alcanza y sobra jugando así.

Para la Libertadores, los errores defensivos deberán ser corregidos. Para el neutral fue un partidazo entre Boca y Tigre. La fiesta por los 5 goles y las dudas por los 3 recibidos, para el hincha local.

¿Cuál prevalecerá? Lo sabremos con el tiempo. Lo más lógico, es que se pueda corregir lo defensivo porque con el nivel de los delanteros hay con que soñar...

Dos equipos para temer: arriba, mete miedo a los rivales. Abajo, mete miedo a los propios.