Y un día, la tremenda racha positiva del Boca de Hugo Ibarra que sumó un total de 15 partidos sin conocer la derrota, llegó a su final. Lo cierto es que la caída del conjunto Xeneize en manos de Newell's por 2-0, en el marco de un colmado estadio Marcelo Bielsa, no merece ningún tipo de objeciones ni cuestionamientos.

El equipo local, fue quien mostró mejores y mayores argumentos para quedarse con los tres puntos y lo más llamativo quizás, es que lo hizo aún tras la expulsión a los '35 del primer tiempo de Juan Sforza, un volante por demás importante para la estructura del conjunto rosarino.

Ibarra planteó desde el comienzo, un equipo conformado por dos líneas de cuatro hombres donde los ingresos de Facundo Roncaglia, Pol Fernández y Juan Ramírez por el lesionado Marcos Rojo, Óscar Romero y Martín Payero respectivamente, marcaban la diferencia con respecto al equipo que venía de ganarle a Sarmiento.

Desde un primer momento, el conjunto de Ibarra se mostró incómodo en el partido, sufrió el hecho de verse superado por su rival y entregó escasos recursos para revertir esa tendencia inicial. Sin embargo, la correcta expulsión de Sforza, modificó el rumbo del primer tiempo sobre su final. Quizás ese fue el único momento donde el líder del campeonato alcanzó una versión diferente y pudo mostrar cierta superioridad sobre el equipo rosarino.

Esta vez, en el entretiempo, el Cuerpo Técnico Xeneize metió mano en el equipo pero los movimientos realizados estuvieron lejos de entregar los resultados esperados. Con Pol Fernández ubicado como lateral derecho, Advíncula como primer marcador central y el sorpresivo ingreso de Sebastián Villa, el conjunto Xeneize mostró una muy floja versión que posibilitó, tras un triple error defensivo, el primer gol de Newell's luego de una gran acción individual de Juan Manuel García.

Los ingresos de Óscar Romero, Martín Payero y Marcelo Weigandt ya promediando la segunda mitad, tampoco le otorgaron a Boca claridad en la elaboración del juego ni la contundencia necesaria en los últimos metros del campo como para inquietar a Lautaro Morales.

La segunda conquista de La Lepra, también desnudó los problemas defensivas y las desconcentraciones que evidenció hoy el conjunto de la Ibarra a lo largo de toda la tarde. Esta vez, fue Willer Ditta, quien ganó en lo alto y con un contundente cabezazo, marcó el definitivo 2-0 para el conjunto local.

Sin dudas, una actuación para pasar rápido la página y un derrota que obliga al conjunto Xeneize a reponerse de manera rápida de cara al encuentro del próximo martes frente a Gimnasia en La Plata. Pese a todo lo vivido en la jornada de hoy, la buena noticia para Boca es que sigue dependiendo de sí mismo para poder cumplir con el máximo objetivo de volver a gritar campeón.