Boca viene en levantada. La mejoría en el juego es evidente. En consecuencia, los resultados mejoraron, pero nunca hay tiempo para nada en este club. La historia demanda siempre más. Este fin de semestre no será la excepción. Domingo y jueves son dos días donde Boca se jugará el 2022.

El empate contra Corinthians fue injusto porque Boca fue muy superior al conjunto brasileño. Sebastián Battaglia parece haber encontrar el equipo, mas allá de cambios puntuales por suspensiones en la Copa Libertadores.

Alan Varela se asentó como el 5, Pol jugando a su derecha y Romero del otro lado. Arriba el tridente: Benedetto, Salvio y Villa o Zeballos. Atrás está todo claro: Advincula, Izquierdoz, Rojo y Fabra.

Este equipo viene teniendo buenos rendimientos: Always Ready en La Paz, Central Córdoba, Barracas Central, Defensa y Justicia y el partido del martes. Con Racing fue el partido mas flojo, pero pudo ganarlo por penales.

El miércoles, el día post partido, no ganar fue el único aspecto negativo de la noche en La Bombonera. El empate te obliga a ganar el jueves 26 ante Deportivo Cali, que se podría clasificar empatando, pero vamos por partes.

Battaglia estuvo cerca de ser despedido después del empate con Godoy Cruz de local. Se aferró al cargo y los resultados lo acompañaron, pero también mejoró el funcionamiento. Se vienen dos partidos que definen mucho: Tigre por la final de la Copa de la Liga y Deportivo Cali para meterse en los octavos de la Libertadores. El domingo en Córdoba y jueves en La Bombonera. En esos dos encuentros en cuestión de días, Boca se jugará gran parte del año.

La final con Tigre es importante, claro que sí, pero el jueves contra los colombianos no puede fallar. Hay futuro sin titulo local, pero clasificado en la Copa. Sería muy difícil de soportar un equipo campeón del futbol argentino pero que quede eliminado en primera ronda de la Libertadores.

Hay material para conseguir todo: titulo y clasificación. Aunque el mensaje tiene que ser claro: la Copa Libertadores es el gran objetivo de este año.