Los cuestionadores seriales de Boca se quejaban del juego. La crítica más habitual era que no se condecía con los lugares decisivos a los que llegaba. En esta historia había una realidad. A Boca le costaba encontrar una identidad. En este semestre, el equipo está jugando una muy mala Copa de la Liga. Perdió partidos de los que no se pierden. Y además jugó decididamente mal.

Pero así como este diagnóstico es real para una parte de la historia, siempre hay que analizarla completa. Y en este análisis más profundo hay que decir que Boca arribó a una final de Copa Libertadores dejando en el camino a tres rivales y habiendo sido superior.

Ayer, Boca pasó otra instancia de Copa Argentina. Venció a Talleres por penales. Y se metió entre los 4 mejores. Por eso, se volverá a escuchar algo que fue frecuente. Boca, otra vez por penales. Cierto. No menos que debió definirlo en los 90 porque fue muy superior. Y no menos cierto que como ante Palmeiras, Racing y Nacional, Boca fue más.

Un día la crítica va hacia la forma con la que se consigue el resultado. Ahora cuando se vuelven a conseguir resultados y las formas son bastante mejores se omite decirlo. Entonces la crítica termina siendo cambiante: un día es resultadista, al otro de formas.

Lo concreto es que Boca va mejorando en el juego, que es lo que le faltó en varios momentos durante el ciclo Almiron. Excluimos el torneo porque Boca alternó mucho y porque además, decididamente fue muy malo. Porque es imposible para un equipo recibir 4 goles en un tiempo. Cómo ante Belgrano. Y pasó. Y en este sentido, la Copa de la Liga es el único torneo en donde Boca no dio la talla.

Ahora en el resto, sin dudas el equipo creció. Si hablamos de resultado, está en la final de la Libertadores, la 12 de su historia. Almiron fue manteniendo una base y esa base empezó a mostrar jugadas de asociación más completas. En las series de Copa terminó siendo más que los tres rivales a los que enfrentó. Y por ejemplo, con Talleres, generó mucho e hizo figura al arquero rival.

Todo esto habla de un equipo que de a poco va mostrando credenciales. Mucho más acordes a lo que va a jugar el 4 de noviembre. "Estamos conformes porque de a poco el equipo hace muy buenos partidos". La frase es de Almiron, que anoche se retiró del Malvinas Argentinas con una sonrisa de oreja a oreja. Se acerca el final, y su equipo está metiendo un sprint en el juego que lo hace dormir más tranquilo.