Si nos situamos en distintos días, meses o momentos del año, siempre encontraremos una efeméride de la gloriosa historia que tiene Boca Juniors: finales, títulos, tandas de penales, debuts de jugadores que luego fueron emblemas, etc. De todas maneras, esto no es casualidad en el club más grande del país.

En el día de la fecha queremos concentranos en una en particular: el único día, o el único partido, donde Diego Maradona y Juan Román Riquelme compartieron una cancha de fútbol. Sí, aunque parezca increíble, dos de los jugadores más brillantes de nuestro país, y de la historia Azul y Oro, solo jugaron un (1) partido oficial juntos.

El encuentro se dio un día como hoy pero del año 1997: fue ante Argentinos Juniors, por el debut del Torneo Apertura, en la mítica Bombonera. Los dirigidos por Héctor 'Bambino' Veira golearon al Bicho por 4-2 con goles de Diego Latorre (6' y 71'), 'Vasco' Arruabarrena (12') y Maradona de penal (62'). Para los visitantes descontaron Pablo Gómez (10') y Líber Vespa desde los doce pasos (80').

Debemos tener en cuenta que Riquelme, muy joven, hace relativamente poco había debutado con la camiseta Azul y Oro, precisamente el 10 de noviembre de 1996. Diego, con una trayectoria admirable, estaba teniendo sus últimos pasos en el fútbol. Finalmente, el 10 campeón del Mundo colgó los botines en octubre del 97 y, lógicamente, ya no había chances de que vuelvan a compartir el verde césped. El Pibe de Oro, quien siempre amagó con retirarse y estuvo muchas veces cerca de dejar a su gran amor, le había puesto punto final a su carrera.

Su último partido fue en un Superclásico ante River, en El Monumental, donde los de Veira se impusieron por 2-1 con tantos de Julio César 'Huevo' Toresani y Martín Palermo. Como mencionamos, ya cerca del retiro, Diego no estaba en sus mejores condiciones físicas y solamente pudo jugar 45 minutos. Maradona y Riquelme se volvieron a cruzar en un partido oficial pero no para compartir cancha: el joven Román reemplazó al histórico 10 en Núñez. Allí, en la Avenida Presidente Figueroa Alcorta, había terminado una historia. Sin embargo, nadie sabía que también se le había dado inicio a otra muy linda.