Marcelo Lerner - Opinión
Boca está en camino a ser el candidato del torneo local y la Copa Argentina, deberá recuperar la actitud para coronar un año lleno de irregularidades.
Por: Marcelo Lerner
21 de septiembre de 2022
Ni tan tan, ni muy muy, ni poco
poco... Siempre nos enseñaron que hay que buscar los equilibrios en todos los
órdenes de la vida. Llegar a los puntos medios. Los topes, pueden generar caídas
abruptas. Y el infierno no es tal, comparativamente con lo que le pasa al
resto.
Esto es un poco para iniciar la descripción de lo que le pasa a Boca: en un campeonato discreto, mal organizado, donde el nivel futbolístico es de regular para abajo, cualquier equipo medianamente armado, puede sobresalir y llegar a tener éxito. Sobre todo, cualquier plantel que tenga individualidades, decisivas y diferente al resto de los demás.
Está claro que el poderío de los
equipos grandes a los demás clubes es muy notorio. Sino, no se pudiese
explicar, que Racing, River, el mismo San Lorenzo e incluso Boca, esten
encaramado en los puestos de vanguardia en este campeonato, jugando tan
discretamente como lo hacen.
Porque no nos engañemos: Boca no
es peor que ningún equipo que juega este torneo. Y es muy superior a muchos.
Por lo menos, hoy tiene 25 equipos por debajo. Y solo está a dos puntos de la
cima, que tiene tal vez al equipo más regular, sin tantas figuras, pero más sólido
y convencido de una idea.
Analizar este Boca no me provoca diferencias en relación que lo que venimos diciendo de hace tiempo: este equipo no tiene volumen de fútbol, que está bien plantado defensivamente, porque los hechos lo demuestran: sufrió muy pocos goles en contra y termina con el arco en cero. Merced de las buenas actuaciones de Rossi, de Rojo, de Figal; algunos partidos buenos de Advincula y de Fabra; partidos donde Varela corta mucho. Pero la cuestión es que a Boca no le marcan, siendo tal vez el mérito más importante.
Del medio para arriba, es un
conjunto de individualidades. En los partidos contra Tucumán, contra River y
Lanús, comprendieron que esa falta de volumen de fútbol, la había que suplir
con actitud, con presión, con coraje. Todas estas virtudes, que no aparecieron
ante Huracán, está claro. Y eso es lo que hay que remarcar. No se puede dar el
lujo de no encarar los partidos con ese coraje que tuvo en esos tres partidos.
Porque futbolísticamente no se plasmó una idea, ni un juego apropiado.
Las actuaciones de algunos jugadores a veces te ilusionan, como Payero, pero de repente tiene bache que son incomprensibles. ¿Cuántas veces vas a tener la posibilidad de jugar en la primera de Boca? Podes tener muchas, pero tenes que mentalizarte que en Boca tenes que tener una actitud determinante todos los partidos, eso no se negocia. De Ramírez hablamos muchas veces, y hace siempre lo mismo. Amaga y termina diluyéndose en un jugador totalmente intrascendente. Molinas reclamó titularidad durante mucho tiempo y el otro día no la aprovechó. No le vamos a caer a él porque intentó y no le salió bien. Romero está totalmente desconocido. Para colmo de males, Benedetto se enfermó; Varela cuando levantó en el segundo tiempo, se sintió mal y pidió el cambio. Muchos contratiempos. Sin sumar la ausencia de Villa, Zeballos y Figal. Todo esto es el secreto de este partido discreto de Boca.