Sebastián Battaglia prueba el equipo para jugar el sábado ante Independiente por la Copa Liga Profesional. El conjunto Xeneize viene de una buena semana, en cuanto a los resultados porque consiguió 7 puntos de 9 en juego. El nivel fue irregular pero le alcanzó para conseguir puntos importantes.

De los tres juegos, el que más lamento es el de Colón porque ese encuentro estaba casi cerrado hasta que llegó el gol del Sabalero en el minuto 86. Creo que el estado del campo de juego terminó perjudicando mucho a los hombres de Battaglia.

El DT por ahora no debería cambiar el esquema, porque a la estructura hay que darle tiempo y con el correr de las fechas se acomodará. En la mitad de la cancha falta generación y con la vuelta de Ramírez podría poner los mismos futbolistas que arrancaron la etapa formal con Colón. Esto recién comienza y hay material para jugar con el 4-3-3, para más adelante decantar en el 4-3-1-2 con un enganche, que puede ser Aaron Molinas (de muy buenos minutos con Central) u Óscar Romero, que irá recuperando el ritmo futbolístico perdido por su inactividad.

El plantel es muy bueno y tiene muchas variantes para armar diferentes planteos. Tranquilamente, podría arrancar de una manera y terminar de otra. Los ensayos serán fundamentales para que se vayan soltando, como también conociendo con algunos compañeros nuevos -Óscar Romero, Nicolás Figal, por ejemplo-.

Los minutos son claves y cada semana se presentan chances para los titulares como para los suplentes (muchos de ellos seguramente jueguen en la Copa Argentina, donde la mayoría son chicos nacidos en el club).

Hay una base, la columna vertebral, que se repite en el arranque de la temporada con Rossi, Izquierdoz, Campuzano, Pol Fernández y Benedetto. Los que completan la formación son los que definen como se paran en el terreno y eso es lo que puede variar de manera permanente, sin ser categóricos con un sistema fijo o que no se puede modificar durante los 90 minutos, además de poder hacerlo según el rival de turno.