Boca ganó en la paternal 1 a 0. Boca ganó un partido que le fue totalmente adverso pero Boca ganó. Entonces nosotros cuando salíamos del estadio, del Diego Armando Maradona, fíjense la paradoja, salíamos muy pero muy felices. Pero salíamos preocupados. Salíamos preocupados porque sabíamos que Boca había jugado muy mal, que Boca había tenido una actuación realmente mala y que nos dejaba un montón de interrogantes pensando en el futuro.

¿Cuál es el Boca de Almirón? ¿El que le ganó a Racing, a Colo Colo y a Belgrano de Córdoba o el que perdió con River y el que le ganó de una manera milagrosa a Argentinos Juniors? ¿Cuál es el Boca de Almirón? ¿El que pone a los jugadores que están mejor? ¿El que innova colocándolo a Advíncula en una posición sorpresa? ¿El que aprovecha las proyecciones en su momento de Barco y ahora de Fabra? ¿El que tiene fútbol y rotación, con Payero, con Varela, con Equi Fernández, con Romero? ¿El que es punzante con Villa y el que es contundente con Benedetto o Merentiel y el que extraña a Langoni, a Zeballos y a Marcos Rojo? ¿Cuál es el verdadero Boca? ¿O es el que vimos en la cancha de River, timorato, especulativo, poniendo a los nombres que no eran los indicados, el que no atacó, el que esperó la falla del rival y que vuelve a repetir esa actuación en la cancha de Argentinos Juniors? En ambos casos, y voy a ser más concreto, en la cancha de Argentinos Juniors fue superado ostensiblemente, no así en la de River. River jugó mejor que Boca, tuvo más situaciones, no muchas más, pero tuvo más situaciones que Boca, pero no fue altamente superior a Boca.

Argentinos Juniors lo superó a Boca en fútbol, en estrategia, en individualidades, en actitud y en forma de encarar el partido. Le ganó la pulseada Milito a Almirón, tácticamente, porque Argentinos lo anticipó, porque Argentinos lo presionó, porque Argentinos tuvo la pelota y tuvo las situaciones. No fue efectivo Argentinos, esa es la suerte que tuvo Boca, que Argentinos no fue efectivo, que sus delanteros no fueron efectivos.

Pero Boca gana el partido sustentado, como siempre, en el excelente andar de Nicolás Figal, su figura, en un buen Fabra, en un seguro Romero, en un correcto Weingandt, fíjense todos defensores. El mediocampo que formó, que alineó, no es el medio campo que amerita que juegue, porque no puede jugar más con Ramírez y Pol Fernández, juntos ni separados. Estos dos muchachos tienen que hacer banco, se lo dije a Ramírez el otro día en la cara y él me lo aceptó. Tienen que hacer banco, tienen que recuperar el nivel, no pueden seguir sacándole el lugar a Medina, que fue el mejor jugador de Boca en los últimos tres partidos.

Tiene que jugar Varela de 5 o el Equi en su defecto. Payero tiene que estar, Advíncula tiene que ir arriba, tiene que estar constantemente yendo, lo mismo que Fabra, y Boca tiene que atacar, está en la esencia de Boca, la esencia de Boca es el ataque. Entonces, ¿Cuál es el verdadero Boca, Almirón? ¿Cuál es el verdadero Boca que vamos a ver? Por eso nos vamos preocupados, nos vamos preocupados porque no sabemos, no tenemos certeza cuál es el verdadero Boca, porque si Almirón me dice "no, mirá, yo estoy contento con los rendimientos en esos tres partidos, Racing, Colo Colo, Belgrano, y seguiremos con esa tónica", bueno, uno estaría más tranquilo, pero después de Belgrano y después de Colo Colo, cambió totalmente la fisonomía, la filosofía, los nombres.

Vuelvo a reiterar lo que decimos siempre acá en Puro Boca, tienen que jugar los mejores, los mejores tienen que jugar, y hoy ni Pol Fernández, ni Roncaglia, ni Juan Ramírez representan a los mejores. Dejo la duda por Benedetto o Merentiel, que ahí decide el técnico, para mí cualquiera de los dos es bueno, pero después que jueguen los mejores, Varela, Equi, Medina, Medina tiene que ser titular en este Boca, si no vamos a poner a los mejores estamos dando ventajas.

Boca tiene que ser el de Belgrano, tiene que ser el de Racing, tiene que ser el de Colo Colo. Boca tiene que atacar, tiene que ser dueño del medio campo. Basta de esa salidita de tres ahí en el fondo y justamente saliendo con Pol Fernández, basta. Pero como hinchas de Boca, que somos, estamos contentos porque Boca gana siempre, vamos a estar contentos cuando Boca gana y nos cambia la vida, nos cambia la alegría, nos cambia el día y festejamos. Eso no quita que estemos preocupados y ojalá que esa preocupación se transforme después en certezas de que Boca está por el buen camino.