Un torneo que Boca gana de manera justa. Si lo analizamos como un todo y no como tres partidos individuales, este verano le permitió a al equipo estirar las piernas después de una pretemporada exigente y a Battaglia se le presentó la oportunidad de analizar distintas variantes.

En este mercado, Boca incorporó a Benedetto, a Figal y a Pol Fernández, pero no debutó ninguno. Jugaron muchos chicos y seguramente todos se quedarán con los flashes y las luces del Changuito Zeballos, un jugador diferente que al plantel le va a dar profundidad, atrevimiento, definición, tiro libre y calidad.

Otra mención especial que hay que hacer es la aparición de Gastón Ávila, un jugador que está llamado a grandes cosas. El central ayer fue el dueño de la defensa tras la salida de Rojo, es joven y tiene el mundo por delante, además de tener una personalidad que asombra. Está hecho para usar esta camiseta y ojalá que no lo vendan, porque sin dudas volvió para triunfar y tiene todas las herramientas para vestir esta camiseta,

Está claro que el esquema de 4-3-3 parece ser el elegido por el técnico para emplear a lo largo del año. Se la vio bien a toda la zona defensiva, desde los pocos minutos de Advíncula en partidos anteriores hasta las actuaciones de Rojo y Fabra.

Pero no todo puede ser perfecto. El punto en donde se deberá prestar atención está en la falta de volumen de juego en el medio. A Varela anoche se lo vio bien, aunque hace falta la llegada de un Romero, un Banega o alguien que genere futbol. Quizás, con una de esas llegadas Boca termine de consolidar un equipo híper competitivo.

Siempre es bueno arrancar ganando el año y siempre es bueno levantar una copa, sea cual sea. Esto es Boca, es deportivo ganar. Hacía falta seguir con esta sonrisa y ahora a pensar en el futuro, porque hay esperanza.

Opinión de Marcelo Lerner - Redactado por Marcos Bishop