Antes de ir a Liniers a jugar con Vélez, el entrenador habló con el grupo y les manifestó cuál sería su decisión, su apuesta, su elección para protagonizar dos partidos claves, siendo la final con Patronato el más importante.

Ibarra había decidido que frente a Vélez iban a mantenerse en su gran mayoría los jugadores que venían destacándose en los últimos partidos, pero que para llevar adelante la final debía recurrir a la experiencia de Fabra, Varela, Villa y Benedetto. Y cumplió.

Nadie discute que Fabra, Varela, Villa y Benedetto en su mejor nivel son titulares indiscutidos. Y justamente lo que consiguió Ibarra fue correrlos de la zona de confort para que entiendan que si bajan su nivel, tiene un reemplazo para cada uno.

El técnico con esta estrategia agrandó el plantel. A partir de ahora Boca tiene más de 11 potenciales titulares y eso se debe a la competencia interna que ha generado Ibarra yendo de frente y sin falsas promesas. Es lógico que el jugador al que le toca salir se enoje, pero enojado y todo valora el gesto de alguien que te advierte y argumenta los pasos a seguir.

Algunos entrenadores eligen no darles explicaciones a sus dirigidos y apostar a un equipo de memoria. Ibarra optó ir por otro camino e ir anticipando cada una de sus decisiones para que los jugadores no se sorprendan.

Ni se trata solamente de tomar decisiones exclusivamente relacionadas al juego. El entrenador de Boca debe gestionar a su manera y lo mejor posible un vestuario repleto de egos, jugadores consagrados, con trayectoria y proyección. Los buenos resultados siempre son fundamentales para alimentar este método.

Frente a Defensa y Justicia deberá seguir ratificando el gran potencial que tiene más allá de los nombres y el esquema. Es el mejor escenario y la mejor ruta de acá en más para seguir probando, sacar conclusiones y definir el mejor de los equipos para en abril comenzar a jugar la Copa Libertadores.

En Boca por ahora no hay titulares indiscutidos, todos se sienten importantes. Y eso no deja de ser un grandísimo mérito de Ibarra. Por ahora prefiero hablar de jugadores regulares que dentro de poco pueden comenzar a sentirse piezas claves de un once ideal. Pero falta para eso. Hoy por hoy van en esa dirección Nicolás Figal, Óscar Romero y Luca Langoni.

El resto deberá seguir dando pruebas y defender en cancha las oportunidades que les irá dando, quien es hasta el momento el gran ganador de esta Supercopa Argentina: Hugo Benjamín Ibarra.