Opinión - Diego Monroig
Por segundo año consecutivo, Boca lideró la tabla de posiciones de inferiores. El semillero no sólo se destaca en cada una de sus categorías, sino que cada vez son más los pibes que piden pista en Primera.
Por: Diego Monroig
4 de diciembre de 2022
Mientras algunos se destacan y se aferran en el primer equipo, otros deben buscar continuidad en diferentes clubes para luego regresar ya formados. Durante estos últimos años en Boca debutaron treinta y dos jugadores, de los cuales veintinueve nacieron en el club. Hasta el momento, Hugo Ibarra promocionó a cuatro juveniles, Sebastián Battaglia colaboró con diecisiete, mientras que Miguel Ángel Russo mandó a once a la cancha.
Los máximos exponentes de Boca Predio son Alan Varela, Exequiel "Changuito" Zeballos y Luca Langoni entre otros. Afianzarse en lo más alto no es fácil y aunque varios tuvieron la suerte de llegar a Primera, no pudieron ganarse un lugar y debieron emigrar en busca de continuidad.
El predominio del club en las diferentes categorías de inferiores no solo se refleja en la tabla de posiciones y en los títulos. La División Reserva, el paso previo a la primera, también se mantiene en la misma sintonía de la mano de Mariano Herrón con la última vuelta olímpica.
Como si fuera poco, en el plantel que comandará Ibarra en 2023 habrá varios juveniles que promocionarán en busca de conseguir su sueño y se sumarán en la pretemporada para inflar aún más el número de los nacidos en el club.
Sin embargo, hay varios que se quedarán en el camino y deberán migrar. Así sucedió en los últimos dos años con veintidós juveniles. Sí, un plantel completo desparramado por varios clubes argentinos y del exterior. Y como todos están a préstamo, varios de ellos deberán regresar ahora para sumarse al plantel.
A medida que las inferiores suben a sus promesas, se afianzan en Reserva y piden pista en Primera, el ciclo no puede interrumpirse ni frenarse. Por ello quienes no puedan consolidarse en la máxima categoría deberán salir a préstamo. Muchos de ellos tendrán la suerte de regresar ya formados y con continuidad como es el caso más representativo de Equi Fernández, quien dejará Tigre para dentro de poco ya ser tenido en cuenta por Hugo Ibarra.
El caso de Mateo Retegui, goleador del fútbol argentino, tendrá seguramente su destino en el exterior. Boca no frenará su crecimiento y posiblemente vea una oportunidad económica si es que todas las partes se ponen de acuerdo.
El Equi y Retegui no son los únicos reconocidos y con cierto cartel. Nicolás Valentini, Vicente Taborda, Renzo Giampaoli, Gabriel Vega, Agustín Obando y Gonzalo Maroni entre otros son parte de un grupo numeroso que conforma un prometedor capital.
En un mundo donde el mercado del fútbol argentino se ha vuelto cada vez más austero, Boca explota una faceta deportiva y económica que a mediano y largo plazo promete darle resultados en todo sentido.
Llevar de a poco y con paciencia a los juveniles no es una disciplina deportiva sencilla y Boca lo está logrando. Sobre todo, cuando el exitismo y las sentencias de los medios de comunicación pueden llevar a la confusión. Solo falta derribar un viejo axioma del fútbol que asegura que con los pibes no se ganan cosas grandes. Con paciencia Boca, al menos intentará cambiar el rumbo, simplemente por ser superiores en inferiores.
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