"Preocupa no cerrar o terminar ganando de local. Tenemos que hacernos fuertes en casa y seguir trabajando ". Las declaraciones de Battaglia, en la conferencia de prensa, marcan la realidad de lo que le costó hasta ahora a Boca ganar en este campeonato en la Bombonera: empates con Colón y Arsenal, y derrota con Huracan. Y esto es un dato preocupante de cara al comienzo de la Copa, dónde es vital ganar de local.

"Teníamos chance de quedar punteros, estas cosas no nos pueden pasar. El empate fue una jugada rápida, desbordan fácil, fue un error colectivo". La frase de Rojo en el campo de juego, es la calentura que nos dejó el partido de Arsenal. Son errores que no pueden repetirse, que en la Copa te dejan afuera.

Boca con la actuación del sábado nos deja dudas, más allá de haber jugado con un equipo alternativo. Con cualquier nombre que elija el entrenador, le cuesta imponerse, no tiene juego, lo poco que genera se da a partir de alguna individualidad y nunca de lo colectivo. Ni siquiera el envión anímico de haber ganado el Superclásico logró ver una mejora en el equipo.

Transmite dudas todavía Boca, no da esa sensación de ser confiable, de darnos seguridad a la hora de jugar un partido. La Copa siempre es difícil, por los viajes, por la doble competencia, por los rivales que hay que enfrentar. Pero hoy el tema es Boca, ver si consigue tener un funcionamiento, que nos permita ilusionarnos con la Séptima.