"Olé, Olé, Olé, Olé... Rossi, Rossi..." fue la primera ovación que bajó de las tribunas cuando el arquero de Boca fue a ocupar el arco que da al Riachuelo. "Rossi es de Boca, de Boca no se va" fue en canto inmediato de la gente pero que sonó más a un pedido para la dirigencia del club.

El contrato de Agustín Rossi está claro que es un tema a resolver para el consejo de Fútbol. En el último tiempo se convirtió en el jugador más querido por los hinchas por sus rendimientos y por la gran actuación que tuvo en definiciones de penales.

Hoy da la sensación que Rossi va camino a quedar libre el 30 de junio del 2023. Las negociaciones están frenadas por las diferencias económicas que hay entre las partes: "Estamos muy lejos de lo que se habló en la primera charla. Él se quiere quedar, tener una mejora salarial. Hoy su salario es como cuarto arquero de Panamá ", declaró el viernes Miguel Gonzalez, representante del jugador, dejando en claro el panorama que hay hoy con la situación.

Para el Consejo el pedido de Rossi es imposible de pagar, mucho más en la situación que atraviesa el país. De ser así, es entendible la postura del club. Pero lo que si deberá analizar Riquelme, que es quién decide, el costo que significaría salir a buscar un arquero en estos momentos. Y también deberá analizar los antecedentes de las últimas renovaciones con otros jugadores que no resultaron buenas. Esperar hasta último momento, mantener una postura tan rígida y no atender las devoluciones de los jugadores no está bien.

El escenario hoy pinta difícil para que Rossi siga el año que viene. Tal vez, el pedido de la gente para que continúe sea tomado por el Consejo de Fútbol y se siente a negociar nuevamente. Ojalá que así sea y esto no termine en una nueva novela sin final feliz.