De aquella reunión con nervios y en malos términos de agosto, Boca y Rossi pudieron avanzar: Primero, porque se pudieron sentar en una mesa en otras oportunidades. Y eso es siempre positivo. Segundo, porque el Consejo observó la importancia de Rossi y reflexionó sobre la postura inicial de no hacer más ofertas y volvió a la carga para intentar que pueda haber continuidad más allá de junio de 2023.

Hasta ahí, todo perfecto. Buenas intenciones, ganas, y respeto. Sin embargo, la propuesta presentada por Boca era muy similar a la de aquel 2 de agosto. Misma duración de tiempo, mismo salario (lo que termina siendo decisivo para cualquier profesional). La diferencia es que se propuso bajar la cláusula de salida (de 24 millones de dólares a menos de 10) y además le otorgaría a Rossi el 30% del pase en el caso de una venta. Si en dos años Boca lo vendiera a Europa en 10 millones, Rossi se llevaría 3. Pero si no lo vende... Y ahí radica el principal problema. Esta buena intención de Boca no deja de ser potencial.

Por eso, hoy la respuesta de Rossi es no. No es oficial. Pero es lo que se deja ver como respuesta para los próximos días. ¿Y entonces? Entonces está cada vez más complicada la continuidad del arquero. Además, por haber sido el jugador del año, el teléfono de Miguel González, representante del arquero, no deja de sonar. Europa, MLS, equipos que juegan Champions y varios de Brasil.

¿El último? La idea de Flamengo de venir en los próximos días a intentar cerrar con el jugador un contrato de 5 años y de ofrecerle a Boca un dinero para llevárselo en enero sin tener que esperar hasta julio y sin esperar que Rossi sea jugador libre.

Este es un año particular: el 31/12 Rossi podría firmar como jugador libre para cualquier equipo, y sumarse el 1 de julio. Cuanto más corre el calendario, más ofertas tiene Rossi y más se le complica a Boca, que intentó una nueva oferta. Pero que como no era tan distinta, tampoco convence demasiado.

¿Qué hará Rossi? Solo el arquero y su familia lo saben. Lo concreto es que parece estar cada más difícil que continúe en Boca.