Cuando llegó Almirón, lo encasillamos en el 4-3-3. A medida que fueron pasando los partidos, por diferentes lesiones y situaciones extradeportivas fue perdiendo a los extremos. No solo se vio obligado a cambiar, sino que esos cambios le dieron buenos resultados.

En medio de la búsqueda, donde improvisó a diferentes jugadores por las bandas, la decisión que mejor le sentó al equipo fue haber apostado por el doble 9. Entre Merentiel, Vázquez y Benedetto se prestaban el puesto y el equipo fluía adelante.

Claro que la clave de ese óptimo rendimiento ofensivo mucho tuvo que ver con un jugador clave y la decisión del entrenador de darle continuidad y libertad en su juego. Cristian Medina comenzó a manejar los hilos y después de mucho tiempo en Boca volvieron a verse pases entre líneas.

Tanto con 5 en el fondo como jugó frente a Newell's o con el doble 9, cuando le dio libertad a Medina en el frente de ataque, el equipo fluyó de otra manera. En la antesala de los Octavos de Final de la Conmebol Libertadores, estamos viendo a un entrenador que comienza a dejar de lado su idea madre y se vuelca a realizar modificaciones de acuerdo al rival que tiene enfrente.

A partir de ahora la alineación de Almirón se ha vuelto una incógnita. Ya no sólo sorprende con nombres, sino también con el esquema. Y mucho tiene que ver el rival y la situación actual de sus jugadores. A tal punto comenzó a jugar a las escondidas durante el último mes, que el equipo que aparecía en el táctico en los días previos a cada partido, el día del partido a la hora de la confirmación siempre sufrió una modificación.

Todas estas decisiones que ha tomado Almirón durante los últimos partidos, le han generado satisfacciones en los rendimientos, en los resultados y en la imagen sobre todo. Estos tres escenarios se consolidan con el respaldo de los números.

La estadística a veces dice poco, a veces mucho y otras tantas nada. Pero en este caso puntual los números pintan de la mejor manera la levantada de Almirón. La victoria en La Bombonera sobre Newell 's significó la cuarta victoria consecutiva y hace siete juegos que no pierde.

Es más, de local suma un invicto de diez partidos con nueve victorias. Esta cotización en alza no es casualidad. El equipo más allá de una o dos modificaciones es siempre el mismo y esa continuidad permite que ya se vea lo que pretende el técnico para comenzar a mantener vigente y se haga costumbre esta levantada del equipo apoyada no solo en el DT, sino en varios jóvenes como Medina, Barco o Equi Fernández.