Desde hace mucho tiempo, el año de Boca se analiza en función de cómo le va en la Copa. La Copa es la Libertadores. También desde hace un tiempo, los que se quedan con la ñata frente al vidrio son los primeros que juzgan al que juega la final.

Es un poco del reino del revés. Pero pasa. Dicen que las finales se ganan. Ese es el ideal para todo equipo que llega al último partido. Yo entiendo que las finales se juegan. Porque llegar al último día siempre es una buena noticia.

Después por supuesto es mejor ganar que perder. Siempre. Te cambia historias, eso está claro. Pero eso no puede cambiar el foco de análisis. Llegar a una final siempre es bueno. Y uno de los que llega a una final, pierde. Obviedad que merece ser repetida.

Esto lo sufrió la Selección durante años. La ilusión por ganar era tan grande, que la desilusión por quedarse sin nada termina siendo proporcional. Con Boca pasó algo similar. El equipo de Almiron estuvo tan cerca, que para los hinchas fue doloroso no poder levantar la séptima. Ahora, del dolor a decir que la Copa de Boca había sido mala hay un abismo gigante.

En fin, la Libertadores no fue para Boca este año y si quiere jugar la del año que viene, tendrá que jugar la Copa Argentina como si fuera esa Libertadores que no se dio. Esto no quiere decir que las dos Copas tengan la misma importancia. Claro que no. Lo qué pasa es que como Boca está tan atrás en la tabla anual, si quiere tener chances de séptima el próximo año, lo primero que tiene que pasar es que esté clarificado.

Y para eso tendrá que disputar el torneo más federal como si fuera la mejor de las Libertadores. Volviendo a las ponderaciones. Nadie puede señalar con el dedo a un equipo de que perdió la final. Porque primero, todos los que señalan no la jugaron y segundo, porque todos los equipos hubieran querido estar en el lugar de Boca.

Hasta ahí, lógica pura. El segundo hizo las cosas mejor que aquel equipo que terminó afuera en primera ronda o en octavos de final. Sin embargo, el que más lejos llega, si pierde, termina teniendo un dolor más grande que el que no compite. Así está planteado el escenario loco de los resultados de hoy.

Dicho lo que significa jugar una final, también hay que explicar lo ¿que sería para Boca quedarse afuera de la Libertadores 2024? Si el análisis del año de Boca termina teñido por cómo le va en la Copa, imagínense el color del 2024 si Boca no llegará a jugar la Copa ¿Está claro no? Bueno, por esta razón, este trofeo que levantó 3 veces desde su vuelta en 2012, si, ese que ganó con Falcioni, Arruabarrena y Battaglia, hoy, para Boca es la Libertadores.