Podía ser tan fácil como muy difícil. El contexto que genera la Copa Argentina tiene esa ambigüedad, de que si ganas, era lo que corresponde, y si perdes, es un infierno. En ese clima, con la camiseta de Boca, tuvo su debut Óscar Romero. Y no le pesó. Jugó con clase y estilo. Con ritmo y mostró su calidad.

El número once desde el primero minuto se paró como el clásico enganche, ese que casi no existe. Battaglia ya apostó al 4-3-1-2, con Molinas el partido pasado. Y parece que el esquema puede quedarse. Luego de una gran inactividad, tras su salida en condición de libre de San Lorenzo a mitad del año pasado, es la primera vez que suma minutos. En 13 minutos, ya dio su primera asistencia.

En el resumen del partido, el paraguayo aparece en muchísimas de las situaciones claras, siendo el conductor o asistidor. Habilitó en dos de los cuatro goles, resaltando que uno fue de penal, una gran eficacia. Pero no solo eso, sus pases llegaron a casi el 100% de eficiencia, al igual que los envíos largos. Generó también infracciones. Así lo demuestran las estadísticas, según Masterclass Guaraní

- 61/67 pases precisos.

- 7/8 envíos largos completos.

- 5 chances de gol creadas.

- 2 asistencias.

- 3 infracciones recibidas.