Es un error tras otro. Es, por momentos, grosero. Si tiene alguien que lo "couchea", que lo eche. Si no, que busque uno bueno. Sebastian Battaglia es el DT de Boca. Lo sabemos todos. A veces, parece que él no. El domingo volvió a equivocarse en la conferencia de prensa que dio tras el 0-1 contra Huracán y volvió a quedar expuesto. Cada vez que habla (exceptuando en la previa del viaje a Córdoba después de separar a dos jugadores) comete errores no forzados y su imagen se debilita.

Recordemos algunos de estos momentos: su conferencia con Izquierdoz donde quedó en un papel secundario, la queja contra Riquelme cuando bajó a los jugadores del micro, cuando habló de "intoxicación'' de algunos miembro del plantel, el primer episodio con Almendra que lo minimizó. Son demasiados episodios donde el DT quedó debilitado.

Después de la patética actuación de su equipo el domingo, el DT apuntó contra la prensa: "Hacía 12 partidos que no perdíamos y nadie dice eso" declaró. Como si esa marca fuera un mérito en un club tan grande como Boca. "Son todas críticas acá'', soltó. Tiene que saber que su ciclo tiene un solo denominador común: jugar mal casi siempre. Tal vez se le pueda rescatar dos partidos: En Rosario ante Central y ante Platense en Vicente Lopez. Ambos en cuanto se hizo cargo. Claro, ahí apostaba a los chicos que juegan bien.

Todo eso quedó lejos. Hoy apuesta a la experiencia y cada partido juega peor que el anterior. No hay una sola idea de juego. Lleva casi 30 partidos como DT de la Primera y el domingo logró que La Bombonera explote y pida "Movete Boca movete, movete deja de joder, esta hinchada está loca, hoy no podemos perder" y el clásico "Ponga huevos, cueste lo que cueste, contra River tenemos que ganar". Síntomas innegables de un equipo que no transmite nada.

Battaglia se tiene que dar cuenta, antes de que sea tarde, que es el DT de Boca. Tiene que poner sus convicciones claras y trabajar mucho. Se vienen dos partidos decisivos de esa seguidilla que hablábamos hace un tiempo: Estudiantes en La Plata y River en el Monumental. El hincha de Boca se fue preocupado. El panorama es complicado. Deberá tratar de conseguir resultados ya, para que haya tiempo y buscar un mejor rendimiento. No hay más tiempo para improvisar y cambiar. Debe definir su esquema, sus nombres y su línea de juego.

La prensa no tiene la culpa de sus permanentes cambios, de sus convicciones débiles, de sus malas lecturas en los partidos, de sus cambios extraños y de sus preferencias inexplicables a la hora de armar el equipo. Si él cree que la culpa es de los periodistas, su final está escrito. Debe tener autocrítica para darse cuenta que Boca juega mal. El responsable máximo de este momento se llama Sebastian Battaglia. Contagió a todo un plantel de sus dudas.

Está a tiempo de cambiar esto. Pero se cambia con convicciones firmes y trabajo. Debe demostrar que está capacitado para ocupar el cargo y encauzar un barco, que parece, a la deriva.