Si miramos la mitad del vaso medio vacío, en la Copa Libertadores, Boca solo le pudo ganar a Always Ready los dos partidos. De local y visitante. Empató uno y después perdió en San Pablo con Corinthians y con Deportivo Cali en Colombia. La campaña en la Libertadores es regular.

Si observamos la parte medio llena, desde la derrota en Brasil, el Xeneize jugó 6 partidos y cosechó 4 triunfos y 2 empates. En ese tiempo, el equipo de Sebastián Battaglia metió 8 goles y solo le marcaron 1. Mejoró la imagen futbolística (sobretodo con Corinthians y Defensa y Justicia) y además se metió en la final de la Copa de la Liga. Sí, entre 28 equipos, solo quedaron dos: Boca y Tigre. El domingo volverán a disputar un trofeo como a mediados del 2019.

¿Con cuál de las dos mitades se queda Battaglia? Un poco con la realidad que te marcan las dos caras. En el torneo local a Boca le fue mejor, solo perdió un partido en 16. En la Copa Libertadores le costó más. En 5 partidos perdió 2. Una proporción mucho mayor.

¿Cual de las dos finales que se le vienen es más importante? Una te da un título y la otra te hace escaparle al fracaso, que sería que Boca se quede afuera en primera ronda. Si nos guiamos por los últimos 10 años de Boca, está claro que las decisiones siempre se toman en sintonía de cómo le fue al equipo en la Libertadores. Casi todos los técnicos que pasaron, desde Miguel Ángel Russo, en aquel 2007, para acá han ganado 1 o 2 títulos y como no pudieron levantar la Copa, terminaron afuera del banco de Boca.

Falcioni ganó dos títulos, jugó una final de Copa y se fue. Guillermo fue bicampeón local, jugó una final de Copa y se fue. Arruabarrena ganó un campeonato local, una Copa Argentina y se fue. Alfaro ganó la Supercopa Argentina, dirigió 16 partidos de la Superliga 2019/2020 que Boca terminó ganando, pero se fue. Russo ganó dos titulos y también se fue...

Son muchas las pruebas para mostrar que lo que importa es el sueño de hace muchos años para los hinchas de Boca. Sin embargo, esta Copa recién se define antes de fin de año y en el mientras tanto, Battaglia puede acomodarse y ganar su segundo título en 6 meses. Nada mal para un entrenador que lleva poco tiempo en Primera División y que sabe que para tener paz, la condición necesaria, pero no suficiente, siempre es ir ganando e ir tapando algunos agujeros.

¿Y por qué Battaglia se queda con las dos caras? Porque las dos son reales. Es cierto que el equipo levantó. También es cierto que los futbolistas le responden. Y mucho. Pero no es menos cierto que por momentos su Boca no se encontró futbolísticamente. Por eso tiene los puntos que tiene en la Copa y por eso el jueves 26 se jugará la segunda final en una semana. Deberá ganarle a Deportivo Cali para no depender de nadie y así meterse en la próxima ronda de la Copa.

Pero primero lo primero: se viene Tigre el domingo, una final que todos querían jugar y que otra vez juega Boca. Las dos mitades del vaso existen. Podes mirar a tu gusto. Vos elegís.