Darío Herrera tuvo un pésimo arbitraje en el superclásico y fue determinante en el resultado, ya que sancionó un polémico penal a favor del conjunto local, que terminó con el gol sobre el final.

Sin embargo, también tuvo decisiones en algunas jugadas puntuales durante el desarrollo del encuentro que pudieron haber cambiado el partido.

Enzo Díaz fue amonestado en el primer tiempo por una infracción sobre Luís Advíncula y en el inicio del complemetno, le hizo una falta a Villa, que claramente era para tarjeta amarilla, pero el árbitro decidió no sacar tarjeta y le perdonó la vida al lateral del conjunto local.

Milton Casco, que ya había cometido una falta minutos antes y tenía amarilla, cortó un ataque de Boca con una patada sobre nuestro delantero colombiano y, nuevamente, el juez no sancionó la infracción con tarjeta, y no expulsó al defensor de River.

Por otro lado, Enzo Pérez cometió varias faltas claras de doble amarilla en el complemento, y en algunas oportunidades Darío Herrera no sancionó foul para no tener que expulsar al capitán del conjunto rival.

Y la gran polémica de la noche llegó a minutos del final, donde sancionó un penal muy dudoso para River. Sumado a esto, el VAR decidió no llamar al juez principal para, por lo menos, revisar una jugada muy fina que define el resultado de un partido muy transcendental.