Haber perdido la final de la Libertadores y ahora haber perdido la semifinal de la Copa Argentina representó una frustración inmensa, enorme para la hinchada más grande, para el movimiento popular más grande que tiene Latinoamérica y que masivamente se ha trasladado primero a Río de Janeiro y esta semana a la ciudad de Córdoba para acompañar a Boca en un momento decisivo de su competencia deportiva.

Boca perdió la final de la Copa Libertadores y quedó eliminado de la Copa Argentina con el doble significado de que queda expuesto a una prácticamente nula posibilidad de participar de la Copa Libertadores del año que viene. Una mala planificación sin lugar a dudas. Se dejó el campeonato de lado, la competencia local de lado y ahora Boca está penando y suplicando al cielo y a quien sea por algún milagro deportivo que le permita acceder el año que viene a la Copa Libertadores.

Este fue un año malo para Boca. Malo en decisiones, malo en planificación desde la contratación del técnico Jorge Almirón, que es verdad, lo llevó a la final de la Copa Libertadores, contribuyó para eso, pero que en la planificación descuidó el resto de las competencias y Boca es ganar todo. Y hoy Boca pena con eso.

Ahora, está claro que Boca no puede sumergirse hoy en día en la nebulosa de pensar que todo está mal. Fueron cuatro años de gestión donde Boca ganó seis títulos. Algunos critican las designaciones de Russo, de Battaglia, de Ibarra. Yo digo que cada uno de estos técnicos ganó dos títulos. No todos los equipos logran ganar seis títulos en cuatro años. No todos los equipos del fútbol argentino y del fútbol mundial ganan títulos todos los años. Este es el primer año donde Boca ganó una copa, que creo que no tiene mucha validez o mucho valor.

Pero esencialmente tampoco vamos a anular una gestión donde los pibes, las divisiones inferiores son exitosas, donde el predio de Ezeiza es un ejemplo, y donde los deportes amateurs volvieron a tener relevancia en Boca, se le dio el lugar que le corresponde, donde muchos jugadores de las divisiones inferiores triunfan en la primera, y donde La Bombonera realmente está muy bonita y muy presentable.

Está claro que el objetivo principal, la Copa de Libertadores, no se ganó, y que eso es un debe, y está claro que algo hay que hacer con el estadio también, pero anular una gestión, defenestrar una gestión por un año malo de 4 y me parece demasiado exagerado e injusto.

Los socios van a tener hoy en día la posibilidad de elegir entre una y otra opción. Yo creo que hay elementos suficientes y probados como para definir si esta gestión, la gestión Riquelme, la gestión Ameal, fue buena o mala. Cada uno tendrá su conclusión. Lo que está claro es que no se puede defenestrar una gestión por un año malo de 4. Este fue malo, mal planificado, mala elección del técnico. Pero después hubo 3 años donde Boca ganó 2 títulos por año y fue el mejor equipo de la Argentina. Y este año llegó la final de la Copa Libertadores. La perdió cierto y duele mucho. Y duele mucho esta posible no participación de la Copa Libertadores el año que viene.

Pero tampoco la pavada de pensar que estamos en el peor momento de nuestra historia. No, para nada. El club está bien, está sólido, hay elementos suficientes como para decir que no tiene ningún tipo de problema económico y que tiene que tomar las decisiones de fondo ahora Riquelme y Ameal, en relación fundamentalmente al estadio. Después escucharemos las otras propuestas, la de Ibarra, la de Macri y entre una y otra tendremos que elegir y decidir cuál es la mejor. Pero no nos hundamos entre nosotros.

Ya la mitad menos uno del país está contenta porque Boca no ganó la Copa Libertadores y porque Boca perdió el otro día en Córdoba. Entre nosotros, sí, escuchemos propuestas, debatamos con altura, no nos pongamos contentos si Boca pierde para que nos vaya mejor. Debatamos con altura, con inteligencia y que después el socio decida cuál es la mejor propuesta.

Pero sin flagelarnos, sin buscar golpes bajos, sin inventar cuestiones que no tienen nada que ver. Con propuestas solamente, no con carpetazos. No pidiendo postergación falsa con testigos falsos de las elecciones. No, eso no, de ni uno ni del otro lado. No sirve, construyamos, y la mejor manera de construir es proponer. Que proponga Riquelme y que proponga a Ibarra. Que proponga a Ameal y que proponga a Macri, y así, y así, y así. Y después decidamos con altura, con dignidad. ¿Pero saben cómo? Con Boca delante de todo.