Cuando Battaglia asumió como técnico de Boca, logró darle una identidad y una forma de juego al equipo, que creo que nos terminó entusiasmando a todos. Los chicos empezaron a tener protagonismo, a levantar niveles - lógicos - luego del final de Ciclo de Miguel Russo.

Pero con el correr de los partidos, se apagó el entusiasmo: porque el equipo entró en duda, porque el mensaje no era claro, porque fue a jugar a la cancha de Vélez con otra postura, porque lo marcó, principalmente, aquel partido ante River, con un equipo (más allá de la expulsión) que terminó cuidándose. Venía mostrando otra cosa, que era el protagonismo en todos los partidos. Hasta lo físico se notó que hubo una merma, sobre todo en los chicos, que dio la sensación que no podían terminar los partidos.

Ahí surgió el mensaje de Battaglia, y también trascendió desde el Consejo, de necesitar una pretemporada para que el técnico, ratificado luego de haber obtenido la Copa Argentina, pudiera plasmar una idea de juego, ya con sus herramientas y su propio plantel.

Llegó la pretemporada: amistosos con buenos resultados; la obtención del Torneo de Verano; muy buenos refuerzos con la mejor gestión desde el Consejo; sin lesionados, que eso es una situación importante, que evalúan los DT. Pero el equipo dio la sensación que nunca nos pudo transmitir una idea.

Más allá de los resultados, de la situación que veníamos observando el semestre pasado, uno creía que con el tiempo, con los refuerzos, con más trabajo, íbamos a conseguir ver un equipo que nos empiece a convencer. Todavía no sabemos cuál es idea, porque sigue dependiendo de las individualidades, sobre todo como pasó el fin de semana de Villa, que terminó siendo el mejor, - inentendible la salida de él -. El buen nivel de Advincula...

Hablamos de lo individual, y no nos quedamos con el funcionamiento. Ya lleva un tiempo Battaglia en el cargo. Es momento de empezar a ver a qué juega. Sabemos que puede ser un equipo vertical, salir rápido por los costados, pero todavía no hay un patrón de juego; es cierto que esto lo puede lograr Pol Fernández, con el tiempo, más allá que él ya se puso la casaca de Boca, o Ramírez, que todavía sigue sin aparecer y quizás, si sigue manteniendo este nivel, le va a significar el lugar, porque se necesita de él, de un jugador de buen pie, como Pol.

Ese jugador capaz sea una falta que se le nota a este plantel: un enganche clásico. Y la próxima llegada de Óscar Romero puede ser la solución, si es que quiere jugar de otra manera. Tendrá que saber Sebastián como congeniar con todos los futbolistas técnicos y no sacar dinamismo.

Hay jugadores, quedó demostrado ante Colón, como Salvio, que está en un bajo nivel. Y tal vez en algún momento nos tengamos que preguntar. Para mí es crack, pero hoy ya la duda no debe ser si Villa o no. Villa sí, seguro. Si Toto mantiene este nivel, ¿no será momento de Changuito?

También me preocupa la lectura que hace el técnico de Boca: no es la primera vez que pasa, ya pasó en el segundo tiempo cuando se equivocó en sacar al colombiano, cuando el cambio era Salvio. Quiero creer que no lo piensa por el nombre, porque si no estaríamos en un problema. Todos vimos que estaba para salir. También la tardanza: a veces da la sensación que se necesita otra cosa durante el partido, y eso se observa del DT desde hace un tiempo.

Recién arranca el campeonato, no se puede ser totalmente contundente y tan firme en la definición de un equipo. Pero está claro que es un momento para empezar a ver una idea. Uno quiere ver ganar a Boca, pero también quiero ir a la cancha sabiendo con qué equipo me voy a encontrar, con qué idea, con un conjunto que imponga más allá del rival, que se imponga y que sepa a qué quiere jugar. Que tenga variantes y que nos haga ir a la cancha con ganas de ir a ver jugar a Boca.