El Superclásico dejó mucho más que una victoria. Sobre todo significó un punto de partida que por ahora no se ha traducido en amplios resultados ni en garantías de funcionamiento. A pesar de ello, sigue siendo el principal candidato en el pelotón de los que pelean arriba en la Liga.

La victoria frente a River le regaló a Hugo Ibarra la posibilidad de poder confeccionar el equipo titular. Una base que por diferentes cuestiones no ha podido tener continuidad en estos últimos partidos. Y como si fuera poco, de cara a los próximos pasos vuelve a verse inmerso en diferentes adversidades.

Lesiones y ausencias por distintos motivos obligan al entrenador a ponerle el pecho a dos partidos claves con jugadores que habitualmente no son titulares y vienen jugando con cierta intermitencia. Esta noche ante Godoy Cruz en Liga y el próximo miércoles frente a Quilmes en Copa Argentina, Ibarra deberá acudir a su sapiencia para al menos intentar disimular de la mejor manera la ausencia de 5 titulares indiscutidos, en la que se destacan los 4 defensores y el goleador.

Luis Advíncula y Frank Fabra fueron convocados a sus respectivas selecciones para disputar amistosos en la fecha FIFA, Nicolás Figal no se ha recuperado aún de su lesión, Darío Benedetto con un cuadro febril y Marcos Rojo si bien está entre los que viajaron, sigue arrastrando una molestia física y no está en un ciento por ciento.

Marcelo Weigandt, Facundo Roncaglia, Gabriel Aranda, Agustín Sández y Luis Vázquez aparecen como sus principales alternativas. Tal es la necesidad del cuerpo técnico frente a tantas ausencias que a Mendoza viajaron 22 jugadores, de los cuales 15 de ellos nacieron en las divisiones inferiores del club. Los 7 que refuerzan este diezmado plantel surgido de la cantera xeneize son Agustín Rossi, Marcos Rojo, Óscar Romero, Esteban Rolón, Martín Payero, Juan Ramírez y Luis Vázquez.

Yendo más allá, cuando dentro de pocos días Boca deba regresar a Mendoza para jugar Copa Argentina, seguramente se produzca el debut con la camiseta de Boca de Sergio "Chiquito" Romero en el arco. Y frente a este panorama lleno de alternativas no dejará de ser una prueba de fuego.

En este contexto lejos del ideal y con este panorama novedoso, si Boca saca adelante ambos partidos habrá apretado el puño y golpeado la mesa en el momento justo. Por eso Mendoza se convertirá en un verdadero punto de inflexión. De acuerdo a lo que suceda en los próximos 6 días en Mendoza, Boca ya no será el mismo.