Cuando el sábado al mediodía mi compañero Augusto Cesar me llamó para contarme lo que había ensayado Hugo Ibarra en el último entrenamiento previo al partido de hoy, pensé que era un poco exagerado, pero tenía razón: el técnico había decidido no jugar el partido.

Duele mucho ver jugar así a Boca. Es cierto que hoy no se les puede reprochar el desgano, la poca actitud que habían mostrado con San Lorenzo, Argentinos Juniors y Patronato. Lo de hoy pasa por la postura y por el mensaje de no querer jugar. Boca se sacó el partido de encima. En el primer tiempo no hizo pie, lo sufrió, Racing lo atacó por todos lados y terminó convirtiendo a Agustín Rossi en la gran figura de noche. Fue el gran responsable de que Boca no haya perdido.

No alcanza con la imagen de los últimos minutos en donde el equipo tuvo para ganarlo. y eso es lo que más bronca da. ¿Por qué no mostrar esas ganas de querer ir a buscarlo desde el comienzo? Como manda la historia de este club.

Hay que exigirle más a este equip. Tiene jugadores para jugar mejor, no para esperar un error del rival para ganar un partido. No podemos quedarnos con los últimos 15 minutos, no es la manera. Si pensamos así, estamos equivocados.