Una de las primeras novelas del año en el mercado de pases anterior fue Ángel Romero, que se especuló hasta último momento con que iba a ser uno de los primeros refuerzos en el 2022. El atacante paraguayo arregló con Cruz Azul y dejó el deseo de varios dirigentes latente. Semanas después, llegó su hermano, Óscar. El volante, que luce la 10 en su espalda, ya lleva dos títulos en la institución y abrió la puerta que juntarse con su hermano.

Los Melli venían de compartir plantel en San Lorenzo, aunque tuvieron que abandonar Boedo por falta de pagos. Pasaron a entrenarse con el cuerpo técnico de su selección para no perder ritmo hasta arrimar a un nuevo club. A pesar de que Boca posó la mirada - principalmente - en el delantero, llegó Óscar, que cada día está mejor. El paraguayo debutó de gran manera en Copa Argentina y hoy es uno de los principales pilares del equipo campeón de Ibarra.

La felicidad de ser campeón debe ser casi inigualable, siendo que el enganche declaró "llevó menos de un año y dos títulos acá"; pero la sensación de compartir con tu mellizo el día a día y campo de juego, debe ser algo que pocos pueden sentir: "Ser campeón con Boca es increíble, él tiene que estar acá, tiene que vivir esto. Es algo que no se puede explicar con palabras", expresó Romero en ESPN.

Ángel Romero, que lleva también la 10 del equipo mexicano, tiene finalización de contrato el 31 de diciembre del corriente año; y según medios de México, no sería sencillo la renovación de su contrato. Mientras tanto, Óscar, ¿y Román?, se ilusionan: "Ojalá se dé devuelta el encuentro de jugar juntos. El día a día en el vestuario y los partidos con el hermano es algo increíble", sentenció el jugar Xeneize.