Luego de una semana caótica por las reuniones previo a la Copa, la eliminación por penales, la salida de Battaglia, el panorama empieza a calmarse y los siguientes desafíos serán el foco principal; por lo menos, de esa manera se plantó Ibarra, en su presentación oficial como DT de Boca, y ya bajó el mensaje: "no hay tiempo para lamentarse".

Sin dudas, la primera decisión del nuevo estratega Xeneize causó un antes y un después. Sacar a Carlos Izquierdoz del grupo, llamó toda la atención. Pero ahora, tras la toma de elección de Ibarra, dolores de cabezas empezaron a llegar. Con Nicolás Figal lesionado por algunas semanas más, el CT deberá improvisar en el armado de la zaga central.

En principio, el primer equipo para recibir a Talleres el próximo sábado a las 20:30, sería el mismo que se presentó ante San Lorenzo en el Nuevo Gasometro. Sin embargo, la alarma se encendió, cuando Carlos Zambrano presentó unas molestias y no estaría al 100% desde lo físico. El cuerpo técnico, lo esperará. Pero mientras tanto, otro dolor de cabeza llegó en el último entrenamiento.

En el partido de reserva del miércoles ante la T, Gabriel Aranda no estuvo presente, y se podía deber a necesidad del plantel profesional. Pero su ausencia, se debe principalmente a una dolencia en su tobillo, que lo marginan de los entrenamientos de la semana, antes del comienzo de la fecha 8. El juvenil ya tuvo problemas en el tobillo, al doblarse en uno de los partidos de Copa, con la ausencias de Cali y Rojo por suspensiones.

Para el armado de Ibarra, es un dolor de cabeza: sin Figal, por lesionado desde hace unas semanas, sin Cali, por decisión propia, con Zambrano entre algodones y Aranda, sin entrenamientos durante la semana, ¿quién será el primer marcador central? Cabe recordar, que Gastón Ávila también podría salir del equipo ante el conjunto de Córdoba ya que está siendo negociando desde el viejo continente y podría abandonar Boca.