Opinión - Martín Arévalo
El domingo, Boca cerrará el año por un nuevo título: el Trofeo de Campeones. El equipo de Ibarra intentará bajar a Racing o Tigre y mostrar una imagen distinta a la que tuvo en la Copa Argentina.
Por: Martín Arévalo
31 de octubre de 2022
De los últimos 4 títulos que se jugaron en Argentina, 3 los ganó Boca. Con la coronación de Patronato ante Talleres, el domingo en Mendoza, el equipo de Sava se sumó así a los campeones del último tiempo: Copa Argentina con Battaglia, Copa de la Liga con el mismo DT, y el último torneo con Ibarra. Desde los números, Boca fue contundente.
Sin embargo, la caída por penales ante el Patrón hizo algo de ruido. Porque fue inesperada y además, puertas para adentro, empezaban a frotarse las manos con la posibilidad de otro título. Como Boca estaba dulce (había sido campeón recientemente), Ibarra puso 11 jugadores diferentes y cuando se acordó de buscar fuerte, su equipo llegó a empatar y a los penales, que esta vez le dieron un cachetazo a la ilusión.
En condiciones normales, este tipo de derrotas dejan secuelas. Pero cómo Boca gana casi todo lo que juega a nivel local, pasó de largo. Pero dejó una enseñanza y la nueva presión para el domingo 6. Para ratificar el buen año desde los números, Boca tendrá que intentar cerrar el año a toda orquesta, sin dar ventajas y sabiendo que una derrota dejará en la boca un sabor desagradable. Y lo que es peor, que será sobre el final, justo cuando se toman las decisiones.
Está claro que Ibarra pondrá titulares. También que Pol y Fabra seguramente sean parte del juego, porque las suspensiones corresponden a otro torneo y se cumplirán en la primera fecha del que viene. No está tan claro si Benedetto llegará, aunque si lo intentará, y en el mientras tanto, el técnico empieza con los trabajos que lo lleven a decidir que 11 va a salir a la cancha.
¿Cambió en algo el plan madre la derrota con Patronato? Reitero, no porque venía dulce. Y por esa razón se tomó la decisión de colocar un equipo totalmente distinto. Es una obviedad decir que si Boca perdía el torneo en la última fecha, en Copa Argentina iban a jugar titulares. Pero si bien no cambió nada, generó una presión más grande sobre el partido del 6.
Gane o pierda, desde los números el año de Boca a nivel local habrá sido bueno: bicampeón. Nada que discutir.
Lo que sucede, y todos lo saben, es que las formas siguen sin aparecer y rendimientos en partidos como con Independiente, Patronato, Vélez, Huracán, Aldosivi, fueron muy frecuentes. Y eso preocupa y ocupa. Nadie del plantel quiere que el 6, Boca juegue así. Justamente sin forma. Más bien quieren parecerse al equipo qué pasó circunstancias difíciles y se recuperó.
¿Para quién es clave el duelo del 6? En principio para Ibarra. Riquelme públicamente se mostró feliz de la decisión de haber elegido al ex lateral como DT. Sin embargo, nadie se anima a confirmarlo. Y si bien llegan muchos elogios para Gracian y también Pompei, no son tantas las voces con dulzura para el DT.
Por eso, el que más necesita que el equipo muestre otra cara es el mismo entrenador. Parece mentira, porque Boca acaba de ganar un campeonato increíble, pero así es el mundo Boca.
Un Mundo que ya gira por una nueva final: lo espera el Trofeo de Campeones. Y lo esperan Racing o Tigre.
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