La derrota del último martes ante el "Bicho" desnudo aún más las complicaciones que se produjeron al quedar eliminados de la Libertadores y posterior ausencia de Izquierdoz del equipo. Incógnita es la palabra que hoy define el presente y futuro inmediato de Boca.

Ibarra, quien fue ratificado hasta diciembre luego de perder ante San Lorenzo, parece hoy no tener argumentos ni fortaleza para permanecer hasta fin de año en el cargo. Los jugadores dentro del campo no responden a las exigencias.

Un plantel que se sigue desmembrado. Tras la ida de Pavón, Salvio y Manuso, en condición de libre, se suma la venta de Ávila a Bélgica. Esto no termina ahí, porque en las próximas horas podría emigrar al mismo país Vázquez, lo que generaría que Boca se quede solamente con Benedetto y Orsini, que por cierto aún no respondió como se espera. Sin contar la ausencia más importante, la del capitán, referente y guía del grupo, Carlos Izquierdoz.

En cuanto a refuerzos, llegó Payero, un jugador interesante pero que se desconoce como puede responder a la presión de la camiseta; Roncaglia, desde Chipre, donde solo jugó a penas una decena de partidos y su último compromiso fue en abril.

Si de técnicos para el futuro se trata, hay tres en carpeta: dos con trabajo y el tercero es Martín Palermo. Sin embargo, el ídolo pidió condiciones para calzarse el buzo de DT lo cuál frena hoy su arribo.

Como si todo esto fuera poco, la crítica de la gente al Consejo ha hecho mella en los referentes que hoy gobiernan el club y nadie puede garantizar que todos continúen hasta fin de año.

Con toda estas vicisitudes, Boca va, tratando de encontrar el rumbo que le permita volver a creer, pero para ello será necesario primero, encontrar la brújula.