Riquelme/Ameal vs Ibarra/Macri era la contienda pautada para el sábado 2. Riquelme vs Macri. Dos mundos distintos. Una denuncia de algunos miembros de la comunidad judía pedía que se pase al domingo 3. La justicia accedió. Se comprobó, luego, que 6 de esos 8 no habían firmado nada ni dieron consentimiento para que sus nombres figuren en tal denuncia. Se presentaron en Boca con escribano público y dejaron en claro que la denuncia era fraudulenta. Boca acató para que se votara el domingo 3. Si se apelaba, se podría haber postergado la votación.

El martes 28, la justicia porteña suspendió las elecciones en Boca por la denuncia presentada por Andrés Ibarra por irregularidades en el padrón. La Dra. Alejandra Debora Abrevaya, por pedido de la oposición cita a una conciliación para el jueves 30. Ese martes, Riquelme e Ibarra dieron conferencias de prensa atacando a la otra parte y echándose la culpa de lo que pasaba. La oposición no quiere votar porque dice que hay 13 mil socios mal incluidos. El oficialismo marca que, en la gestión anterior, de la misma manera, se hicieron más de 50 mil y además, varias irregularidades en la denuncia y en el fallo.

El jueves se dio lo lógico. No había acuerdo. Las elecciones se postergan sin fecha. Las dos listas cuentan historias muy distintas. Para el oficialismo son 3.836 los socios activos pasados antes del corte del padrón y que se hicieron ajustados al estatuto. La oposición sigue hablando de 13 mil y que no siguieron los pasos correctos.

Ayer Boca pidió el revocamiento del fallo, la nulidad del proceso y recusó a la jueza Abravaya. La historia seguirá sumando capítulos. Boca gastó 400 mil dólares en el armado de las carpas, dentro del terreno de juego, para votar mañana. La pelota la tiene la Cámara de Apelaciones. Ellos deberán decidir si el fallo es legal (se deberá investigar y la elección será en 2024) o si el fallo es irregular (le ordenará a Boca fijar fecha de elecciones - podría ser el 17/12).

Mientras tanto, mañana los hinchas de Boca se autoconvocarán a La Bombonera en apoyo a Riquelme. Él anunció que estará presente. La guerra política sigue. La guerra de egos continúa. Un oficialismo convencido de que gana, quiere votar mañana o lo más rápido posible. La oposición dice que quiere votar, pero con un padrón depurado.

En el medio, el socio de Boca que quiere votar ya. El único que pierde con esta guerra judicial/verbal es el club. Primero el club. Siempre. Primero Boca. Algunos no lo entienden.