Boca se destacó por su orden, controló el juego y lo dominó. En cada sector del campo de juego siempre tuvo superioridad numérica y apostó desde el inicio a jugar uno contra uno. Claramente Almirón sorprendió a todo Racing. Fue Boca el que impuso las condiciones de juego. En ningún momento pasó sobresaltos y llevó a cabo lo planeado. Lamentablemente no pudo aprovecharse de un equipo apremiado y por momentos perdido.

La falta de eficacia en los últimos metros fue lo que brilló negativamente en el análisis de Boca. Si bien no tuvo muchas situaciones claras, no supo resolver las llegadas en el área rival. Por carencias individuales o falta de juego colectivo. La sensación que quedó sobrevolando en La Bombonera fue que Boca dejó pasar una gran oportunidad y dejó con vida a Racing. Justamente un rival que en su casa siempre saca un plus más allá del rendimiento futbolístico.

La primera pregunta que todos nos hicimos giró alrededor de por qué teniendo 5 delanteros a disposición, Almirón tan solo puso a 1 como titular cuando tenías que abrir la serie de local, en tu casa, donde siempre tenés que dar un extra en el plano ofensivo.

Con esa disposición táctica y con 1 solo delantero Boca pudo haberse puesto en ventaja generando 9 llegadas al área rival contra tan solo 2 aproximaciones de Racing que apostó desde el vamos por 3 delanteros. Este ejemplo explica a la perfección que atacar bien no depende de la cantidad de delanteros, sino de saber como hacerlo con jugadores de otras características.

Es más, cuando Boca tuvo en cancha 4 delanteros (lo que le pedíamos desde el inicio) no tuvo tan controlado el partido. Con la salida de Barco y el ingreso de Merentiel, Racing se plantó mejor en el campo y comenzó a animarse más, aunque ya era tarde.

¿Gago jugó a no perder o Boca se lo llevó por delante? El propio entrenador de Racing contestó esta pregunta cuando respondió que "con el ingreso de Merentiel comenzamos a jugar el partido que habíamos imaginado que nos plantearía Boca desde el arranque". Llamativamente, a pesar de reconocer que Almirón lo sorprendió, durante el partido nunca modificó su postura.

Boca se fue tranquilo porque el planteo le dio resultados y pudo controlarlo a Racing. Sin embargo, no haber podido convertir le dejó un sabor amargo en el resultado. Todo lo contrario en Racing, ya que se fue preocupado porque el planteo no le dio resultados y nunca pudo ser protagonista. Sin embargo, el cero a cero le dejó un sabor agradable.

Quedan 90 minutos en una serie totalmente abierta que va camino a definirse por detalles. Uno de los viejos axiomas de la Copa Libertadores, hasta ahora lo cumplió Racing por propio déficit de Boca: no perder de visitante. El otro de los axiomas reza que de local siempre hay que ganar, y si bien Boca no pudo conseguirlo, llega bien plantado como equipo para que en la revancha tampoco lo consiga Racing.